Kuakaka en poco tiempo se hizo el más sociable de todos, de un día para el otro ya eran un grupo grande, uno de ellos dijo para ir a la playa a patalear un rato. Todos aceptaron.
Bien llegaron a la playa, kuakaka ya se había hecho amigo de dos sapos muy emocionados, parecían como si nunca habrían ido a la playa.
Después de un rato de jugar, correr, hacer castillos de arena, patalear, hacer amigos, etc. Kuakaka vio un grupo de patas, pero había una pata muy elegante y con swag como él que le llamó mucho la atención. Ella iba con su traje de baño y con unos risos perfectamente hechos. Y ahí fue cuando dijo "la patita pa mi".
Se le acercó seguro y tembloroso a la vez, después de haberlo pensado 200 veces, se decidió por hablarle.
- Hola, soy kuakaka ¿quieres un chocolate?
- Bueno -dijo la pata, mientras todas sus amigas le decían el típico "wuuuu~"
Caminaron hasta el kioskito y Kuakaka compraró dos chocolates, uno para él y el otro para la bella pata.
- Mmm~ delicioso -dijo la pata-
- ¿Verdad que si? -dijo mientras saboreaba el chlcolate- ¿Cómo me dijiste que te llamas?
- Luz -sonrió-
- Que lindo nombre, seguro iluminará mi vida para siempre. -decía mientras daba una pequeña sonrisa de lado-
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