•||•
Londres, Inglaterra. Invierno.
Un edificio de apartamentos se encontraba frente a casa de Madeline y desde mi lugar en la ventana, podía ver un piano, había escuchado a excepcionales músicos y visto talentosos prodigios interpretar sublimes melodías en aquel delicado y precioso instrumento, no soy un fanático de la música clásica pero disfrutó de escuchar a Mozart, Vivaldi y cuando tengo buen humor a Bernadette.
"¿Quién es Bernadette?"
Era un bonito piano de color negro, algo hizo click en mi cabeza y las ganas de acercarme al instrumento, me envolvieron, como si fuese llamado por este. Terminé invadiendo el apartamento por la ventana abierta frente a mí.
La soledad era lo primero que podía sentir en aquel lugar, se veía enorme con un sillón frente a una vieja televisión, una mesa a un lado y sobre de ella un teléfono y una contestadora, evocando un profundo sentimiento a depresión y vejez.
Me pare frente al piano, mirando las teclas monocromáticas, esa conexión otra vez, ¿Alguna vez sentiste una punzada en el corazón? ya sabes ese saltito a tu corazón, cuando la persona que amas se reúne contigo de nuevo, tus manos comienzan a sudar, sientes un ligero temblor en las piernas y todo ese nerviosismo trae consigo preciadas memorias creadas por ambos, buenas o malas todo sigue ahí tal y como el día en que esa persona especial se fue de tu lado.
Justo así me sentía frente a ese piano, ese extraño sentimiento de reencontrarnos, pase mis dedos con suavidad por las teclas, sin tocarlas, no quería arruinar aquella belleza natural del instrumento.
"Es un objeto, no tiene vida, no vas a lastimarlo"
Suspire hondo, apunto de tocar aunque sea una insignificante nota, pero mi cerebro volvió a hacer otra conexión, un recuerdo relámpago llegó a mi mente, específicamente una frase: "No es tan difícil, siente la música déjala fluir por tus manos".
—Bernadette, tocaba el piano horriblemente, pero nunca se rindió.
Ese ligero recuerdo, vino acompañado de una figura borrosa y femenina, soltando una refrescante risa, las delicadas manos interpretaban una alegre melodía.
—Bernadette, ¿quién eres? habrás sido mi hermana, mi madre, tal vez mi novia.
Una pequeña sonrisa melancólica se formó en mi rostro, me sentía fatal al sólo poder recordar nombres y algunas acciones de las personas que en vida habían formado parte de mi círculo de amistades incluso tal vez habían dejado una marca importante, pero ahora sus rostros se mostraban como siluetas borrosas lejanas a mi actual realidad.
Me alejé del piano, encontrándome con un cachorro de pelaje obscuro, me dedicó una curiosa mirada.
—Hola amigo perro.
Giró su pequeña cabeza a un lado, trepó al taburete del piano, me olfateó e inmediatamente se puso en guardia dispuesto a atacar al intruso que perturbó en su morada. Comenzó a ladrar, mostrándome los colmillitos más adorables que jamás había visto, con las patas al frente y el lomo erguido, como todo un guardián.
—¡Cállate ya, Jazz!, no hay nada aquí—le reprimió un anciano, encorvado con un tazón de sopa en las manos—Perro estúpido, ¡baja de ahí!.
ESTÁS LEYENDO
The Death's Fairy Tales
SonstigesLa Muerte es aquel trágico e inevitable final que te espera después de haber vivido de forma plena, grata y buena o también después de ser un bastardo hijo de puta. De cualquier manera ¡no importa!, la Muerte sabe que siempre va a ganarte, es por es...