Capítulo 2: Un poco de luz en la oscuridad

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Me despierto muy adolorido, toco mi cara y estaba fria, me costaba solo mantener la mano fija, con dificultades para levantarme me pude parar, no podía ver bien, me costaba incluso mantener los ojos abiertos, miro a ambos lados y no había nadie en la villa, era igual que un pueblo fantasma, no había movimiento alguno, comienzo a caminar en dirección al bosque ya que ahí tengo lo necesario para sanar esta herida.

Al llegar a mi hogar desentierro una caja donde tenia hierbas medicinales y otros artículos de medicina, comencé a mezclar algunas hierbas e hice una pasta especial, tomé una venda y con la pasta de hierbas lo unte en mi herida, era un dolor horrible que me hizo dar un grito, sentí que me iba a desmayar otra vez, me a coste en el montón de hojas que tenia como cama y cerré los ojos.

Me levanto con una frescura en el abdomen, una luz me pegaba en los ojos, salgo de mi hogar y observo que el sol quería salir pero la noche no lo dejaba.

Me preparo para irme a buscar a mi dama, tomo una mochila muy vieja que tenia y guardo mis hierbas medicinales, tome una camisa de manga larga blanca que e guardado hace mucho y un pantalón de tela oscura, los guardo con cuidado para irme.

Al comenzar a caminar por el bosque miro atras de mi y el sol aún no salia, era muy hermoso, era como ver la esperanza del mundo, dejo de observar ese hermoso amanecer eterno y sigo caminando.

Paso por la villa y comienzo a buscar a mi dama, estaba seguro de que ella estaba aquí, me puse a pensar que ella no se fue lejos y se escondido en alguna parte aunque también me puse a pensar que ella fue secuestrada por esos sujetos, no lo se, pero no queria pensar lo peor.

-Maldcion no la encuentro. -Decia mientras buscaba en los callejones. -¡Donde estas! -Grito a los cuatro vientos.

Estaba muy preocupado, ya no sabía que hacer, comienzo a escuchar ruidos y comienzo a correr, busco un lugar para ocultarme, escuchaba unas voces, miro un poco y me oculto rapidamente.

Me quedo oculto 10 minutos en una esquina oscura cuando de pronto escucho cadenas y llantos de personas, observo otra vez y veo a las personas de la villa con grilletes en las manos y en los pies, unos soldados con un uniforme de tela oscura, en su espalda de los soldados tenían un simbolo dibujado, era una luna y una espada.

-¡Rapido! ¡Caminen! -Dijo uno de los soldados, tenia un látigo en la mano con el que golpeaba a las pobres personas.

-Maldito. -Dije en voz baja. - Tal vez esas personas nunca me aceptaron como una persona, pero ni sin animales para que les hagan eso, debo salvarlos. -Me quito de ese lugar y me subo a unaa escaleras, subo al techo de una casa y observo desde ahí.

-Ya están todos señor. -Dijo uno de los soldados a su superior del látigo.

-Perfecto, hay que irnos, la princesa le gustara sus nuevas ratas de laboratorio (hace una sonrisa malvada).

-¡Por favor ayuda! -grita y comienza a correr uno de los los esclavos.

-¡Tu no te vas a ningún lado! -Levanta su braso el soldado del látigo y le golpea en la espalda al sujeto que intento escapar.

The darkest nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora