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Capitulo 1: ¡¿Que mierda es esto que siento?!

El sonido del despertador levanto a Gaara, ese sonido tan estresante que su alarma tenía todos lo odiaban, menos el, por alguna razón no lo odiaba, incluso podía dormir con ese sonido de fondo sin problema alguno

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El sonido del despertador levanto a Gaara, ese sonido tan estresante que su alarma tenía todos lo odiaban, menos el, por alguna razón no lo odiaba, incluso podía dormir con ese sonido de fondo sin problema alguno. Tenía el sueño pesado, bueno algo. Gaara siempre dormía como bebé, por lo cual a diferencia de muchas personas él podía levantarse sin necesidad alguna de un despertador, nunca lo carcomía la conciencia, no lo recorría la culpa, ni la energía que la alegría te da, ni la tristeza que te puede llegar a hundir y no querer hacer nada, ni siquiera el miedo de que algo o alguien lo podía dañar, el no sentía nada, nunca lo hizo, bueno en realidad si, solo que hace mucho que no sentía.

Se levanto, cepillo los dientes, arreglo su cabello y puso el uniforme de la escuela. Tomo un yogurt de su refrigerador y partió a la escuela.

Gaara era bueno en muchas cosas, ser inteligente era una de ellas, siempre tenía buenas califica cíes, no tan altas para no llamar la atención ni tan bajas para que citaran a sus padres, los cuales no tenía. Era un buen alumno, no se metía en problemas, pero tampoco lo ponían en el cuadro de honor. Gaara nivelaba las cosas. Pero en fin, la razón por la que pudo salir ileso de aquel crimen que cometió fue una, él sabe observar, observar y planear. Observo la rutina de su familia por días, los horarios, donde guardaban cada cosa, cada pertenencia, que tan fino era su paladar. Era muy curiosa la forma en el que alguien con todo el potencial del mundo podía ser tan sádico y podía estar tan enfermo.

Gaara salió rápidamente de su casa y comenzó a caminar en dirección a la escuela, su casa se encontraba cerca de esta por lo cual le resulto sencillo. Vaya que todos en ese pueblo de mierda eran unos estúpidos. Era un pueblo pequeño, la mayoría de los habitantes se conocían entre si y jamás en la puta vida le habían preguntado por sus padres.

Recientemente se cambió de escuela, en el pueblo solo había dos así que no fue difícil elegir una, no conocía a nadie, aunque no era como si quisiera conocer gente, no le molestaba estar solo, en realidad le daba mucho igual. Era un poco rara como después de un tiempo la gente puede acostumbrarse a algo, él se acostumbró a sentirse solo y eso lo alejo de todo y todos.

Estaba entrando a la escuela, ya iba tarde, pero menos no le podía importar. El caminaba despreocupado por la escuela. Venía en sus pensamientos, pensando en que el gato de su vecina era muy molesto, probablemente lo llevaría a el bosque y le cortaría la cabeza o algo así, aún no lo sabía con seguridad, solo sabía que lo mataría. Sus pensamientos fueron interrumpidos debido a que choco con alguien.

Estaba a punto de reprochar cuando lo vio, esos ojos negros, su piel ligeramente bronceada, sus cabellos color azabache en un corte un tanto peculiar pero hermoso, esas cejas, estaban tan pobladas y perfectas, incluso se preguntó si eran naturales o se las arreglaba o maquillaba. Y después su cuerpo, tenía el uniforme escolar y lo único que pudo percibir a simple vista fue aquella espalda ancha y brazos ligeramente marcados. Su corazón se aceleró y sintió como el aire le faltaba, fue como si su alma se alejara de su cuerpo lentamente y después volviera, se sentía aturdido, jamás había sentido algo tan fuerte desde la muerte de su madre, la diferencia es que este sentimiento lo llenaba, se sentía completo, jamás pudo sentir en su totalidad o sentir únicamente, pero había observado gente y sabia como las emociones les afectaban, no sabía si eso en su cuerpo era alegría, era miedo, o era solo una enfermedad que decidió llegarle en ese ínstate, pero le gustaba aquella sensación. Sus manos comenzaron a sudar y sentía que se desmayaría por aquella falta tan grande de aire.

. - lo siento tanto, ¿te encuentras bien? - dios esa voz, era tan... no podía describirla con exactitud pero al oírla un escalofrió recorrió su cuerpo, su carne se puso de gallina y comenzó a marearse, quería vomitar, estaba tan nerviosos, jamás sintió eso. Su cara palideció y el chico lo noto al instante - dios, ¿te encuentras bien? Estas un poco pálido - menciono el azabache, Gaara no sabía cómo manejar aquella sensación en su interior, no podía hablar no podía moverse, con trabajo y respiraba, quería hablar pero de su garganta no podía salir más que un chillido - déjame llevarte a la enfermería - dijo el chico levantándose y ayudando al pelirrojo.

El contacto de manos produjo en Gaara un escalofrió, su piel se erizo y comenzó a sudar frio, no podía hacer nada, el escalofrío que viajaba de su columna nuca, atravesaba su espina dorsal y terminaba en la planta de sus pies, ese sentimiento tan extraño que no podía abandonar su cuerpo, no sabía que mierda era pero ¡carajo! amaba aquella sensación.

Gaara veía tan perdido en sus pensamientos que no noto cuando aquel chico lo había dejado en la enfermería - espero estés mejor en verdad - dijo el de cejas pobladas y tras dejar a el pelirrojo en la silla afuera de la enfermería se fue, cuando salió de la visión de Gaara ese sentimiento se fue, solo le quedaba un cosquilleo en el estómago al recordar a aquel chico. Fue extraño, era como si cada vez que aquel cejon estuviera cerca su cuerpo se averiara, no sabía que era, jamás sintió algo, mucho menos así de fuerte, era extraño, mas no le disgustaba.

[•••]

El día transcurría con normalidad, dejando de lado el hecho de que Gaara no paraba de buscar a aquel chico que lo hizo sentir de tal manera, cada que pensaba en él un cosquilleo en su estómago se instalaba y también fallaban sus piernas, sentía como se caería y moriría o algo así, la hora del receso llego y por fin lo pudo observar, aquella sensación se volvió a instalar en su cuerpo. Pero por lastima no le duro mucho, al ver a todas esas personas junto a él se enfureció, su estómago se revolvió con pesadez, y no de la forma linda en la que lo hacía al pensar en él, su ceño se frunció inconscientemente, quería matar a alguien y esos eran aquellos que rodeaban a SU hermoso chicho. Era SUYO de nadie más solo SUYO, y nadie podía estar cerca del, NADIE.

Quería sangre pero no la de cualquier persona, la de aquellos extraños que rodeaban a SU precioso azabache. Pero no sería tan difícil, él era bueno observando y planeado, era algo común en él, así era como su vida funcionaba. Después de un rato los identifico, y anoto en una lista con los nombre de aquellos que se atrevían a estar cerca del azabache, sus próximas víctimas.

Naruto Uzumaki

Sasuke Uchiha

Sakura Haruno

Shino Aburame

Kiba Inuzuka

Hinata Hyūga

Neji Hyūga

Tenten

Shikamaru Nara

Chōji Akimichi

Ino Yamanaka

Pronto aquel chico seria SUYO y solo SUYO de NADIE más. Y todos esos que lo rodeaban no serían más que cadáveres y si más ente se atrevía a acercarse a su hermoso azabache él lo mataría, no tenía problema alguno, le cortaría el cuello sin problema.

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Jina🌹

丂乇尺|卂ㄥ Ҝ|ㄥㄥ乇尺 // ㄥ乇乇ᘜ卂卂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora