1.- Llegando a la Tierra.

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-¡Oh. cariño, cuidate!

-Lo hare, mamá...

-Te quiero.

-Yo tambien - la miro a los ojos zafiros, a Clarisse le encantaban los ojos de su madre, pero ella habia heredado los de su padre, verdes.

-Clarisse!!

-Ya voy Carrie!

Clarisse beso la mejilla de su madre y se fue tras Carrie, comensaria su vida en la Tierra.

Al llegar a la Tierra, Allan, el angel que los habia llamado a reunirse en la fuente, los guio hasta un edificio. El edificio parecia tener unos 11 pisos, tenia una puerta giratoria y era color celeste palido. Al entrar, a cada angel se les dio una llave. Clarisse tomo la suya fue en busca de la puerta que tuviera su numero.

"329"

Entro y lo primero que hizo fue dejar la pesada mochila que le habian dado el dia anterior. La habiatacion era blanca, todo era absolutamente blanco. Paredes blancas, sabanas blancas, armarios blancos, ¡la mesita de noche tambien era blanca!

Luego de inspeccionar con la mirada toda la habitacion, camino hasta el balcon que estaba a un lado de su armario. Eran las 8:00pm, su hora favorita. Observo el cielo "El atardecer" penso. Comenzo a desplegar sus alas cuando fue interrumpida por unas risas que venian de la calle. Bajo la vista, eran unos niños que jugaban con pistolas de juguete mientras sus madres conversaban. "Cierto..." murmuró.

Durante todo el dia se habia mantenido positiva, pensando en todas las maravillosas cosas que su madre le contaba sobre la Tierra cuando era pequeña que habia olvidado que alli no tendria la libertad de sacar sus alas y dar un paseo como lo hacia todas las tardes en el cielo. Eso hizo que se sintiese mal.

Cerro las cortinas -blancas tambien- y se recosto en la cama a pensar. Iba a extrañar sus alas pero las mantendria guardadas para poder estudiar a los humanos.

Estaba por dormirse cuando llamaron a la puerta, era Carrie.

-¡Clarisse, vamos cariño!

-¿A donde vamos, Carrie? - pregunto mientras era arrastrada por su mejor amiga fuera de su cuarto.

-¡Conoceremos la ciudad!

-No... -se zafo del agarre de Carrie- No estoy de humor, Carrie. Lo siento.

-¿Que sucede? -regunto ella, entre confundida y enojada.

Carrie nunca habia sido buena entendiendo los sentimientos de Clarisse, generalmente fingia entenderlos o, si eran demaciado grandes, trataba de que ella los olvidara. Clarisse notaba eso, pero siempre terminaba sintiendose mejor contandole sus sentimientos en vez de guardarselos para ella misma.

-Estoy encerrada...-susurró.

-¿Que? -Carrie estaba aun mas confundida y molesta, Josh estaba esperando a que llevara a Clarisse con ella para irse de una vez de ese lugar.

-¡Estoy encerrada, ¿si?! No podre salir como suelo hacer en el cielo... mis alas... ya no podre verlas... -Clarisse miro sus pies mientras retorcia sus dedos.

-Oh cariño... -Carrie podria ser mala entendiendo lo que sentia Clarisse, pero era exelente dandole abrasos para reconfortarla- No te preocupes ¿Si?, encontraremos la forma de que puedas disfrutar de tus alas sin que te perjudique.

-Gracias Carrie -susurró mientras volvia a abrazarla.

-¿Vendras?

-Mm... Esta bien Carrie.

-¡Genial! -volvio a tomar su brazo y se la llevo fuera del lugar.

»Angels«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora