¿Quién eres?

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Era tan...diferente el chico nuevo, aún así no pude evitar pensar que me resultaba familiar. ¿De qué me sonaba tanto? Quizás...Clara lo sabía, después de todo, he pasado la mayor parte de mí vida con ella.
Fuí corriendo a su casa y para mí sorpresa me abrió su malvada hermana Sara. ¡¡La odio a muerte!! Y Clara también la odia...Puede que más que yo. Resignada opté por preguntarle a Sara.

Ádelin: ¿Tú hermana está en casa?

Sara: Me miró con cara de asco dudando responderme, pero finalmente lo hizo.- No. Pero quizás este en el parque jugando ese tonto juego.- Finalmente finalizó la frase, para que después yo saliese corriendo, dirección al parque.

Al llegar al parque, muy rápido la verdad, la ví, estaba en un banco jugando a Charli Charli, con una niña.
Fuí corriendo al banco, pero me caí, que raro, no suele ser tan patosa (Ironía)  Me hice una raspadura con sangre en la rodilla, de la cual, no me  percaté hasta más tarde. Me levanté de nuevo y seguí mi camino hasta el banco.

Clara: ¿¡Qué haces aquí, Ádelin!?- Dijo al verme y me  preguntó extrañada. SÍ, bueno así era mi nombre. Ádelin.

Ádelin: He venido por si, por casualidad, sabías algo de el chico nuevo.- Le respondí.

Clara: Ehhh ¿Por qué? ¿Te gusta?- Una pícara sonrisa apareció en su rostro.

Ádelin: ¿Qué? No, solo me suena su cara, eso es todo. - Aclaré.

Clara: Ah, ahora que lo dices, también me suena, pero no sé de que.- Especuló.

Adelin: Pues, vamos bien.- Suspire resignada por la mala memoria de mi amiga.

Me giré dispuesta a irme y me volví a chocar con alguien ¿Que demonios pasa hoy?
Olí el aroma que, sin previo aviso, se había colado en el aire y aún sin mirarle/a, descubrí que quizás era la misma persona de esta mañana, qué, por alguna razón, cada vez estaba más segura de que no era humano/a. El/ella se disculpó, en ese momento descubrí que era un chico por su voz. Me asombro bastante, tengo que admitir que su voz era sexy, hablaba un poco en castellano antiguo, a pesar de que al mirarlo descubrí que no solo su voz era sexy, mientras yo, pensaba en unicornios, él, me había preguntado por mí nombre. De lo cuál no me percaté, hasta que Clara, me dió un codazo para avisarme.

Entonces pregunté:

Ádelin: ¿Qué?

×: ¿Cómo te llamas?- Preguntó se nuevo, está vez, consiguiendo caoatar mi atención.

Ádelin: Ádelin, y ¿Tú?- Le devolví la pregunta.

×: Me llamo Yeik.

Ádelin: Bonito nombre.- Sonreí, hasta que me dí cuenta de algo que se me había pasado por alto.- ¡Espera! eres el chico nuevo que llegó hoy- Grité sorprendida.

Yeik: Oh ¡Estás sangrando!- Gritó, apuntando a mi rodilla y desviando el tema de conversación.

Ádelin: ¿Qué? - Miré mi rodilla.- Ah, debió de ser cuando me caí.

Clara se desmayó, a pesar de gustarle los muertos no soportaba la sangre, la tumbamos en el banco.
Mientras dormía, me estuve curando la rodilla y Yeik se fué.
Clara despertó y me vió a mí sola, en seguida me avasalló a preguntas.

Clara: ¿Y el chico?

Ádelin: Se fué mientras dormías.

Clara: Ahh...Y ¿Tienes su número?

Ádelin: Claro que no, toooonta, olvidaté de eso y vayamos a tu casa, deberías descansar. - Sonreí y nos encaminamos hacía su casa.

La distancia entre la vida y la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora