Memorias amargas.

19 1 0
                                    

Vol. 1 

Voy a contarles algo muy personal, algo que ha pasado en mi vida.

Hace aproximadamente un año y medio, quizá dos, caí en la depresión más fuerte y terrible que he sido capaz de experimentar y pensé en suicidarme, de hecho estuve a nada de intentarlo. Fue en un periodo de mi vida en donde todos los soportes que había construido se estaban derrumbando por diferentes motivos. Uno tras otro, poco a poco y sin ver momento en que fueran a dejar de colapsar.

Todos pasamos por momentos difíciles tarde o temprano, algunos tienen la fortuna de no verse afectados más que materialmente o sus penas son tan vanas que se esfuman con mayor facilidad y a un tiempo más acelerado. Aunque creo que las penas no se pueden medir, el dolor de no debe ser comparable nunca, el sufrimiento de todos vale.

 Siempre había pensado que vine a este mundo con algún propósito excepcional, sentía que la vida tenía preparado algo grande y sorprendente para mí, porque oh oh... en el momento de mi nacimiento se dieron cuenta de que no respiraba. Así que el sólo hecho de existir y respirar ya me parecía un milagro del cielo, una señal de que mi vida era valiosa. Sin embargo, no tuve una infancia muy gratificante. Claro que la pasé bien muchas veces, pero tristemente la amargura es más difícil de borrar de la memoria que la felicidad, porque nadie nos enseña a ser felices, sólo nos intentan enseñar a "no ser débiles" y soportar todo con una cara de poker.

Si les contara los detalles... guardé conmigo tanto dolor, miedo, coraje y tristeza por 19 años. Fueron 19 años contando desde el día de mi muerte y nacimiento, porque realmente no sé el momento exacto en que mi corazón comenzó a romperse, ¿o endurecerse?, gracias a la familia en donde me tocó nacer. 

¿Debería contar algunas memorias? Al final de cuentas ese es mi propósito. Bueno, aquí les van algunas situaciones amargas que recuerdo, sin un orden concreto ya que tienen muchos años de haber ocurrido.

Encerrada en la Nissan.

Familia paterna biológica.

No sé la razón, pero lo primero que recuerdo cuando pienso en un momento amargo de mi infancia, viajo al día en que me encerré en la Nissan azul de mi tío.

Mi tía más joven, mis primos, mi hermana mayor y yo estábamos jugando todos juntos en casa de mis abuelos. Nuestra tía realmente sólo nos estaba vigilando, pero participaba de vez en cuando, nos hacía compañía. Ella vivía en otra ciudad, así que verla era muy emocionante para todos nosotros, al igual que nuestros otros dos tíos que vivían en esa ciudad con ella.

No recuerdo detalles, gracias a Dios, si lo hiciera sé que estaría aún más dolida con ese recuerdo. Sólo tengo muy presente el momento en que mi tía dijo textualmente y cito:

"Es que tú eres rara."

Sé que era una comparación de mí con mis primos y mi hermana.

Recuerdo que me sentí excluida del juego antes de esas palabras y después de escucharlas salí corriendo. Recuerdo la escena de una pequeña yo del pasado, llorando desconsolada en la cabina de una camioneta, diciendo ahogadamente que ella prefería a mis primos y que no quería jugar conmigo porque era rara.

La palabra "rara" tomó un significado en mi vida que me llevaría a una terrible dualidad de sentimientos dependiendo el concepto en que era implementada, a veces ni siquiera dependía y ya era algo doloroso para mí, algo que me apartaba del resto, pero de todas formas me aferraba a la palabra pensando "bueno, este es mi hogar, ser rara es parte de mí, es un hogar sólo para mí y aunque esté sola ahí, no seré lastimada."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Viajes al interior de mis recuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora