↷ ·˚ ༘ ˋte amo, taehyung༉‧₊˚ kth; jjk

d i e z

—TaeHyung— pregunto el de cabellos castaños haciendo tomar la atención del contrario —, ¿Te puede hacer una pregunta?.

—Dime, bebé.

—¿De verdad me amas?

—Sí, bebé, demasiado. No imaginas cuanto— dijo el de cabellos dorados, mientras acariciaba las mejillas de su hermoso novio. Que a decir verdad, se podían comparar con la suavidad de una estatua de porcelana, pero obviamente, las del menor eran mucho mejores —. Pero, ¿por qué preguntas?.

—Es que, hay momentos que... te pasas más tiempo con JiMin Hyung que conmigo— puchereó el menor con un leve sonrojo haciendo que el contrario le sacudiera fuertemente el corazón.

—Oh, Kookie. Sabes que JiMin es mi mejor amigo y que estos últimos días ha estado algo distante, pero jamás lo amaría tanto como te amo yo a ti. Así que deja de pensar en esas cosas ¿vale?— sonrió de una manera cautivadora haciendo que él contrario sintiera sus poros siendo estremecidos con aquel dulce gesto. JunGguk sólo atino a sonreír, ya que luego sus labios fueron encarcelados por el rubio. Los chasquidos de aquel beso se hacían más presentes en aquella habitación, tanto así que una sensación en la parte baja enloquecía a ambos chicos.

—Mmh, JunGguk. Siempre te amaré, hasta que el Sol deje de brillar, hasta que nos volvamos cenizas. Te amaré, recuérdalo. Siempre lo haré. Eres mío y yo soy tuyo, nada ni algo nos separará. Recuérdalo— dijo éste para luego dejar un camino de sonoros besos húmedos por la sensible piel nívea del menor. Sus miradas nuevamente se conectaron, reflejando un pasión que ellos aún no habían descubierto, aún así, sus labios volvieron a conectarse, creando una suave y lenta danza entre sus lenguas. Sus cuerpos se sentían incómodos por aquellas prendas que llevaban encima.

De nuevo TaeHyung deshizo el beso y siguió en su recorrido en el hermoso cuerpo dotado del menor. A la medida que iba marcando el cuerpo de su amante, sus ropajes ya no se encontraban cubriendo las delicadas y suaves pieles de aquellos dos. Es más, estas salieron sin ningún pudor alguno, tanto así que una chispa de lascividad recorría por cualquier parte de aquellos. Él rubio, que dejaba besos húmedos, ahora llegaba a los rojizos pezones del menor. Éste los lamió, besó y pellizco, creando una ligera curva en la espina dorsal de su amante.

Dos chicos jadeantes se encontraban en aquella habitación, segados de la lujuria y pasión. ¿Quién diría que con tan sólo una pregunta inofensiva llegarían a esto? Pero a decir verdad, aquella nueva acción les había hipnotizado sus cuerpos, queriendo que todo se volviera más húmedo e íntimo.

Al parecer los labios del mayor se separaron cuando éste llego al final del recorrido. Con gentileza acarició el miembro del menor, haciendo que él contrario diera leves jadeos y apretando sus ojos con aquel tacto tan cautivador. Él rubio solo atino a sonreír como respuesta a las sensaciones de su novio, esta era la primera vez que una de sus grandes fantasías se habían hecho realidad. Así que sin preámbulo, acercó su rostro al falo de su menor y le dio una extensa lamida haciendo que el castaño, quien recibía todo, cerrará sus piernas por aquel repentino tacto en su zona más sensible, después de un par de segundos el menor se tranquilizó dejando todo su sexo a la merced del mayor. Cuando sintió que el rubio metió todo su falo a su cavidad bucal, éste cerró los ojos para apreciar con mucha más pasión aquel acto, para luego incrustar sus dedos a los bellos cabellos dorados que se movían suavemente al compás de su sube y baja.

—Oh, Tae. Mmh. S-si~ — mordió su labio para amortiguar aquellos sonido obscenos que salían de su boca. Pero claro, aquella acción no sirvió para nada. A los pocos minutos él menor eyaculó en la boca de su mayor, haciendo que éste se lo tragará por completo. Sus labios volvieron a juntarse por tercera vez, pero a comparación a las otras veces esta era diferente; sus alientos se combinaron lo mismo que sus salivas, dando un sabor exquisito y excitante para los dos.