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En un bosque a profundidades se encuentra una cueva que está oculta para todos ya que tiene unos sellos que le impiden a la gente saber de su existencia, en esa cueva se podía ver a un joven azabache que se encontraba acostado en aquella cama meditando cómo hacerse más fuerte si quería proteger a su ser amado, aquel que le entregó su sharingan, aquel que protegió con su vida, así es...estamos hablando de Uchiha Obito; aun le faltaba un buen tiempo para sanarse, sabía que ya había pasado más de cinco años desde su partida, pero su corazón, sus pensamientos y sus sentimientos no habían cambiado nada solo su cuerpo, tenía la mitad de la cara desfigurada, le faltaba la mitad de su cuerpo que este era sustituido por una cosa extraña que no sabe qué es pero no quería quedarse a investigarlo.
No era el único en ese lugar, se encontraba con él el quien le salvó su vida que este era otro Uchiha solo que él ya está viejo su nombre es Madara, no solo se encuentran los Uchihas también se encuentran unos sujetos extraños de nombres Zetsus que son los encargados de entrenar al Uchihita para que se haga fuerte, son traviesos...algunos, curiosos y amigables, bueno son las descripciones que tenía el niño con los Zetsus inclusive se había entendido bien con uno de ellos de nombre Tobi, un sujeto travieso que su pasatiempo favorito es el molestar a los demás Zetsus pero más al único de color negro pero de aseguro te preguntarás ¿Cómo un niño se encuentra en esa cueva al cuidado de unos desconocidos y el porqué tiene esas m arcas y faltantes del cuerpo? Fácil, eso sucedió hace unos cuantos años atrás.
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El gran clan Uchiha temido por su poder ocular llamado Sharingan que este va evolucionando hasta ser un Rinegan, pues justamente el siguiente al mando es Uchiha Madara un niño con un sueño por delante, quiere traer la paz para que su último hermanito vivo pueda vivir una vida feliz y no solo por él sino que también todos los niños de su clan no vivan con temor a salir.
Pues este niño se encontraba descansando un momento, estaba sentado a las orillas de un río viendo los peces pasar cuando de repente escucha un llanto así que decide ir a ver de quien se trataba y valla fue su sorpresa al ver a un niño pelicastaño estilo honguito, ojos también cafés, se le veía de su misma edad que al escuchar las pisadas extras decide voltear a verlo
Madara: ¿qué tienes mocoso, porqué lloras? - le preguntó una vez estando cercas de él
?? esque desgraciadamente uno de mis hermanos murió a causa de los enemigos - dijo todo triste
Madara: ya no llores niño - trataba de controlar al llorón que estaba en cuclillas - ¿cómo te llamas?
??: Hashirama - de la nada se pone feliz - de momento no te diré mi apellido
Madara: si que eres raro - mueca de extrañeza - pero bueno
Hashirama: ¿y cuál es el tuyo?
Madara: tampoco te diré mi apellido, mi nombre es Madara
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кαкαкσηαη: єℓ ηυєνσ ∂є αкαтѕυкι
Fiksi PenggemarAmbos perdieron a un ser querido, a ambos le rompieron el corazón, el mismo sufrimiento la única diferencia es el lugar; uno creció con la calidez del sol,la felicidad de saber que es la luz, mientras que en otro lado creció entre la oscuridad y el...