amor de machos

Parte sin título 2

Raich, se reía cada vez mas fuerte, y en eso yo me tire al suelo; devastada creí que el sería mi salvación y lo único que fue, fue mi castigo. Lo odie tanto en ese momento, que cuando decidí levantarme, sus amigos estaban ahí y entre todos comenzaron a golpearme para quitarme lo "nenita", me dolían mas las palabras de la persona con la que creí tenia futuro, en ese momento entre gritos y golpes me quede sin aliento, me quede sin ganas...

desperté en el hospital y ahí estaba Jos, no sabía quien era; habían pasado 5 años desde aquel día y no tenia noción del tiempo pero él estaba ahí, casi no recordaba lo que había sucedido, y me preocupe porque no sé si ya tengo título o algo relacionado con la escuela, Jos me pregunto:

-¿Cómo te sientes, has estado bastante tiempo dormida?

-estoy bien, eso creo. ¿Qué hago aquí y a que te refieres con "bastante tiempo"? 

-bueno, has venido aquí porque alguien te golpeó muy fuerte y eso provocó que quedarás en coma, por 5 años.
-vaya, eso es mucho tiempo, ¿y tú quién eres?
-perdón, soy Jos; he estado aquí desde que viniste al hospital, nadie te ha venido a ver, así que yo lo hago.
-¿Por qué?
-Porque, se que es  difícil estar solo, también sabemos que en realidad no eres Diana, pero, no te preocupes no te hemos juzgado por eso.
-Soy Diana, quizás no entiendes aun, pero te agradezco el gesto que tienes conmigo, durante 5 años cuidando de una desconocida es bastante feo, pero probablemente tendrás alguna recompensa.

Jos me ayudó durante 3 meses a recuperar y mover mi cuerpo , como no tenía donde quedarme me llevo con él, Jos era diferente, tenía algo que me detenía a mirarlo y ver lo bueno que es, Jos es un chico apuesto y aparte es misericordioso.
Llegamos a su casa, el vivía solo, era 5 años mayor que yo, me dio su cuarto y el dijo que se quedaría en la sala, me preparo algo para comer y no me pregunto nada, creí que lo haría.

-Jos, ¿por qué estás cuidando de mí?

-¿Por qué no hacerlo?

-Cuando llegue al hospital, inconsciente, alguien me golpeó muy fuerte

-sí, lo sé; estaba dando mi servicio cuando llegaste, dijeron que era probable que murieran y que no tenias familia.

-Es cierto, no tengo familia. Morir pudo haber sido una buen opción a quedarme 5 años en coma.

-Bueno, no todo es tan malo, ahora estas aquí, podrías terminar lo que dejaste pendiente antes, quiero que sepas que cuentas conmigo incondicionalmente, no estas sola.

-¡Ay!, eres un ángel, te quiero Jos.

Todas las mañanas nos despertábamos a preparar el desayuno, bañarnos y enseguida ir a nuestras labores. Era una familia, lo era.
Cuando regresábamos a casa, teníamos un rol para preparar la comida y lavar los platos, aprendí a cocinar varias cosas, en especial postres. Enseguida el hacia su trabajo yo estudiaba y nos veíamos para la cena, nos dormíamos y así eran todos nuestros días, aveces salimos a correr o nos quedábamos en casa para ver alguna película, a Jos le gustaba el suspenso así que veíamos lo que a él le gustaba. Nunca había sentido tanta conexión con alguien como lo sentía con Jos.

Un domingo por la mañana, le prepare un desayuno, había tenido mucho trabajo en el hospital, porque ya por fin era enfermero, le prepare una pasta y un pastel de zanahoria, compre algunas flores blancas y lo espere. Jos se despertó y entonces es sé topo con la sorpresa, se veía feliz  y comimos todo.

Nos fuimos al sofá y entonces lo hice, decidí besarle y el accedió, sentía como sus manos temblaban, el no estaba del todo seguro, pero sabía que quería. Yo nunca había tenido relaciones sexuales, él ya.

Comenzó a tocarme lentamente, primero me toco el cuello bajo su mano hasta el abdomen me levanto la blusa y me la quito, lo tome del cuello y comencé a besarle, luego le quite la playera que traía, color azul que hacía juego con su pijama, me susurro al oído "vamos al cuarto", me llevo entre sus brazos mientras nos veíamos y me recostó en la cama, me quito el sostén con sus labios y eso me excitaba, se bajo el pantalón y me besaba más rápido, sentía que mi respiración cada vez se aceleraba más, llego un momento en el que sentía sus manos, sus besos y sus caricias por todas partes, tocaba mis senos mientras me decía: "te deseo", yo gemía, lo hacía muchas veces y eso le gustaba, todo fue terminando lentamente, hasta que me dio un beso y me miró tiernamente.
Después de eso tan sublime, fuimos a caminar, como nadie notaba mi verdadero género, le podía tomar de la mano.