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𝙈𝙀𝙉𝙏𝙄𝙍𝘼𝙎.
DEJA ATRÁS TU CORAZÓN, ABANDONALO. Aquella frase resonaba en mi cabeza cada mañana, como un toquido a una cuenta a saldar. Era mi pequeño pecado, sucio y rastrero porque hace un año había jurado darlo por la humanidad; Con la mano derecha en el corazón y la izquierda en la espalda, con un puñal escondido, listo para traicionar si me lo ordenaban. Aún así, el filo de la traición empezaba a cortar mi alma, haciéndome soltarlo. Convirtiéndome en una mala mentirosa.
Mis palabras muchas veces solían ser contradictorias, como una sutil mentira, porque incluso me engañaba a mi misma. O quizás eran solo excepciones, como lo son con los espejos, aquellos que juré odiar pero que ahora no podía parar de admirar, con los pies colgando de aquella gran muralla y la azulada mirada de mi antigua compañera de entrenamiento reflejandome, sintiéndome solo con ella totalmente pura, tan humana.
–Deberías entrar a la Legión también. Podríamos conocer el mar. —La mire, esperanzada de que su melena rubia se girara hacia mi una vez más, pero no sucedió, ella estaba muy concentrada mirando atentamente unos cuantos kilómetros atrás.
–Deberías irte. Deberíamos irnos. —Puntializo mirándome esta vez, con el mentón temblandole y las manos escondidas en la sudadera— Sabes que este no es tu lugar, deja de actuar como si pudieras con el. Podemos huir, irnos lejos de aquí, de toda esta mierda. Deja de fingir.
–Es verdad. Debería irme, mi hora está por terminarse, la Capitana no me dio mucho tiempo para entregarle el informe. —Trate de evadirla, mostrando aquella gruesa hoja de papel enrollado— La próxima vez que nos veamos, iremos los cuatro al mar. Solo entonces podremos huir, lo prometo. —Dije antes de aceptar su mano para levantarme.
Pero yo nunca fui buena con las promesas. Quizá porque todas trataban de evadir mi destino, yo no podía huir de él, la muerte era un recordatorio que pronto se cumpliría. El tiempo corría, tan rápido como aquella explosión que nos disparó hacia el tejado de una casa y aturdio mis oídos, impidiendo que llegara a escuchar las maldiciones que Annie soltó, nublando mis sentidos. Cortando el cable entre la realidad y yo, tanto que no pude sentir la vara atravesando mi estomago hasta que trate de levantarme y la sangre empezó a escurrir despavorida como los gritos y manadas humanas que corrían de algo que yo no entendía.
– Keila... —Susurro débilmente. Pude sentir sus calientes lagrimas caer en mi pecho, no quería que llorara pero ni yo podía controlar mis hipidos— Lo lamento, no te duermas, por favor...
–Ackerman. —Solloce al sentir los párpados pesarme. Junto con mi débil respiración que ya no sentía— Acke...rma...n.
Aquella palabra prohibida se sentía bien, parecía casi un antídoto. Saliendo como un instinto, una pobre creencia de que aquellos cuentos que mi padre me contaba se hicieran realidad. Donde la bruja murmuraba un hechizo tabú, como último recurso para sobrevivir, como mero instinto de supervivencia.
Pero yo no era un ser mágico, era débil, solo era una niña que tenía que vivir como adulta en un mundo donde los sueños no se cumplen. Una princesa que esperaba que algún príncipe la rescatara, pero incluso con el frente a sus ojos, no pudo hacer nada cuando caí en una profunda oscuridad.
Hago lo mejor que puedo JAJAA. Prometí que les entregaría editada la novela en una semana, solo yo prometo eso 🤡.
En fin, cuando Keila dice "Los cuatro" se refiere a Berthold, Reiner, Annie y ella. Decidí poner esto primero para luego poner los recuerdos, aguantenme 🤧👌🏼.‐oceanmar.
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A C K E R M A N | snk.
Fanfiction𝖪𝖾𝗂𝗅𝖺 𝖳𝗈𝗆𝗂𝗅𝗌𝗈𝗇 𝖾𝗌 𝗋𝗎𝗂𝗇 𝗒 𝖼𝗋𝗎𝖾𝗅. 𝖯𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖽𝗂𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖺 𝖽𝖺𝗋 𝗌𝗎 𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓𝗈́𝗇 𝗉𝗈𝗋 𝖫𝖾𝗏𝗂 𝖠𝖼𝗄𝖾𝗋𝗆𝖺𝗇 𝖾𝗇 𝗅𝗎𝗀𝖺𝗋 𝗊𝗎𝖾 𝗉𝗈𝗋 𝗅𝖺 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝗂𝖽𝖺𝖽. levi ackerman x oc. shingeki no...