#3 Corriendo un mes

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- 2 SEMANAS DESPUES -

Las clases comenzaron nuevamente. Los ultimos 4 meses. Esa mañana me desperté temprano como siempre y me di una ducha. Me vesti sencillo, nada muy llamativo ni arreglado, mis jeans negros, mi camiseta favorita y mis vans azules. Tome una chaqueta de jean y mi bolso y sali en bici como cada mañana. Siempre iba al colegio asi, ya que no quedaba lejos y luego podría ir al trabajo. Llegue y fui directo a mi casillero donde tenía mis libros y tome los que necesitaba. En ese momento llego Marie y fuimos juntas a clase. 5 horas aburridas para al fin poder ir a almorzar. En la cafetería siempre nos sentábamos con Will, pero hoy no se acercó a nosotras. ¿Aún seguía enojado? Creí que ya estaba bien, luego debería hablar con él. Después del almuerzo tuvimos otras 3 horas de clase. Llenos de tareas y trabajos, nos dejaron ir. Me despedí de Marie y partí para la librería/biblioteca. No tenía un ni un segundo libre para pensar si hacía lo correcto, entonces no podía no hacerlo. Llegue y fui a la parte de empleados y me puse la chaqueta del local. Fui a mi seccion que eran los libros bilingües por la excusa de que sabía ingles. Pero ese día vi a alguien mas en mi sección, un chico que no había visto antes.
- Em, hola, disculpame, pero ¿Qué haces en esta sección?. - dije sin poder filtrar mis palabras. El chico se dió vuelta y sus ojos azules se conectaron con los mios.
- Estoy en esta sección. - me dijo riendo. No entendía.
- Pero esta es mi sección. - dije confundida. - Debes haberte confundido. Emm.. James. - dije leyendo el cartel con su nombre.
- No, esta es mi sección también. Tu debes ser Emma, ¿verdad?
- Si, lo soy. No entiendo, ¿eres mi compañero de sección?
- Asi es. Comencé esta mañana. Me pusieron aquí porque viví en Francia, entonces se Francés, y tu debes ser la inglesa.
- Inglesa no, ojalá. Pero se ingles entonces me pusieron aquí. Disculpa por lo de antes, un placer conocerte James. - él me regaló una sonrisa con sus brillantes dientes.
- El placer es mio Emma. ¿Qué edad tienes? - preguntó mientras ordenaba libros que habían sido sacados.
- Tengo 17, bueno, cumplo los 18 en dos meses. ¿Y tú?
- Tengo 19. - dijo sonriendo. - Estoy estudiando letras, así que trabajar aquí me viene genial. Pero tu aún estas en la secundaria, ¿por qué trabajas aquí?
- Bueno, estoy ahorrando para ayudar a mis padres. Cuando termine el año me iré a Londres a estudiar así que necesito dinero extra. - le expliqué.
- ¿Londres? Es maravilloso. Una de las mejores ciudades después de Paris, claro. - dijo riendo.
- ¿Viviste en Paris? Que hermoso. ¿Por qué volviste?
- Volví a los 14 años porque transfirieron a mi padre aquí. Igual no me quejo, me gusta mi vida aquí. - dijo sonriendo. Si seguía sonriendo así iba a matarme. - Bueno, si te vas a fin de año, me gustaría conocerte mejor en el tiempo que queda, osea, estos 4 meses.
- Claro. - dije sonriendo también. Intercambiamos números y luego tuvimos que atender más gente. Mi turno termino a las ocho y James dijo que me llamaría luego para salir. Era muy agradable y sabía mucho de música, hasta reconoció que One Direction eran geniales.
Con mi bici me dirigí a la cafetería en la que sería la cajera unas tres horas. La cafetería estaba llena por lo que a penas tuve descanso. A las once y media terminé de cerrar la caja y hacer las cuentas y cerramos. Volví a casa agotada, como siempre mi madre me dio el sermón de que no tenía que descuidar mis estudios ya que si no aprobaba todo, no iría a Londres, motivación suficienta para mi. Hice la tarea que tenía, acostandome a las 2 de la mañana.
Por varias semanas, mi rutina fue la misma. A veces me acostaba mas tarde porque debia estudiar u otras cosas. Iba logrando todo lo que quería hasta que en Biología reprobe una prueba bastante importante y mi madre no lo pensó más y me prohibió trabajar. Eso me llevo a renunciar a uno de los empleos, y a pesar de que me pagaban más en la cafetería, reducí mi horario a sólo los sábados por la mañana, ya que no quería renunciar a la librería porque ahí veía a James, con quien salía casi todos los sábados. Nos llevabamos muy bien y nose si nuestra amistad llegaría a más. Hoy por la noche salimos a comer comida mexicana a un restaurante muy bueno, su favorito.

- Debo reconocer que este lugar es fenomenal. - dije cuando acabé mi taco.
- Te lo dije! Es el mejor. - dijo también terminando. - Ey, son casi las once y media, es mejor que te acompañe a casa porque tu madre va a matarte a ti y a mi. - dijo riendo y tomando mi mano para salir. Camino a mi casa se detuvo un momento y tomo mi mano.
- Emmy..
- Dime, Jamie - ambos reímos por los apodos. James puso una de sus manos en mi mejilla y se acercó a mi, rosando nuestras narices.
- James, ya hablamos de esto. - dije casi en sus labios.
- ¿Cuánto más debo esperar?
- No quiero que ocurra nada porque sabes que me iré.
- Hace un mes que venimos saliendo y no me dejas darte ni un solo beso Emma, sabes bien que me gustas mucho, me cansé de decírtelo, quisiera al menos besarte antes de que te vayas a Londres, y se que faltan 3 meses para eso, pero aho..- presioné mis labios con los suyos sin siquiera haberlo pensado. Me paralicé cuando vi que sonreía y correspondía al beso. ¿Por qué lo hice?. Creo que fue porque Londres me importaba un comino, y los tres meses, y todo eso, desde que comencé a salir con James, mi cabeza daba vueltas y alejé mis obsesiones por un tiempo. James era perfecto, y me gustaba y mucho.
- Eres hermosa Emma. - me dijo al oído, provocando que el color carmesí se apodere de mis mejillas. - Y cuando te sonrojas eres tan adorable. - dijo volviendo a besarme.
Caminamos de la mano hasta llegar a mi casa, me dio un corto beso antes de entrar. A penas llegué a mi cuarto un mensaje me llegó.
"Que duermas bien princesa. - James"

Why is not me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora