Just me, him and the moon ❀ larry

Q u a t r e

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Harry estaba en la puerta del colegio, con los ojos rojos y las lágrimas cayendo libremente por sus mejillas.

Nick se había enojado y le había gritado muchas cosas horribles.

— ¡Harry! — escuchó la voz aguda de su mejor amigo y levantó la vista.

— Lou. — dijo acercándose rápido para abrazarlo. — Nick me dejó. — dijo en medio de su llanto.

Louis lo abrazó fuerte.

— Mierda, idiota. Me asustaste. — susurró pegándole despacio. — Nick no vale la pena. Ese ya se las verá con Niall y conmigo. — dijo, alejando a Harry de su cuello para poder limpiarle las mejillas.

— Gracias, Louis, pero sabes que no me gusta la violencia.

El castaño asintió sin prestarle atención a lo que había dicho, dandole su mochila, y pasó su brazo con el del rizado, entrelazándolos.

— Por cierto, le dije a tu madre que te quedarías en casa a dormir. — dijo, viéndolo a los ojos. — ¿No hay ningún problema, verdad?

Harry negó y se apoyó en su hombro, caminado en una posición incómoda, pero sintiéndose bien por estar cerca de Louis.

— Claro que no, tontito. — murmuró. — Si voy a tu casa me puedes ayudar a arreglarme y tal vez logre que admitas que soy lindo. Sin sarcasmo de por medio. — agregó al ver que Louis abrió la boca para decirle que ya habían hablado sobre eso.

Tal vez ya estaba listo para admitirlo.

— Sí, Harry. Lo que tú digas.

Por lo menos a sí mismo.

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Louis soltó un suspiro, ayudando a Harry a sacarse la gargantilla negra.

El castaño agarró una toalla y le empezó a secar el cabello que aún seguía húmedo, haciendo que los rizos chocolate se secaran.

Harry estaba sentado, sin decir una palabra.

Su amigo rubio le había advertido que esto iba a pasar, y que los únicos que iban a estar para él serían Louis y Niall, mas él no le había creído.

Sus ojos se cerraron inconscientemente en el momento que Louis empezó a masajear su cuero cabelludo.

— Gracias. — susurró, después de unos minutos.

Louis se quedó callado, sólo le masajeaba la cabeza para poder secar mejor sus rizos.

A Harry le gustaba porque ese simple movimiento lo hacía sentir querido y que alguien se preocupaba por él.

Su madre podría hacerse la que los amaba, a él y a su hermana, pero cuando las puertas se cerraban, se convertiría en otra persona, una a la cual sus hijos eran lo último en su lista de cosas importantes.

Louis, al igual que Niall, se preocupaban por él y siempre lo ayudaban. Aunque no estaban al tanto de su situación dentro de su casa.

Harry sólo cerró los ojos, quedándose en un estado de paz que nadie podía romper.

Louis sonrió, para después morderse el labio y borrar su sonrisa inmediatamente.

— De nada. — dijo, después de un rato.

Harry se dio la vuelta en el instante que Louis dejó la toalla a un lado.

— Te amo mucho, Lou. — pronunció, abrazándose a la cintura del castaño.

Louis lo abrazó por los hombros, un poco raro.

Nadie le había dicho que lo amaba desde que tenía trece años. Ni siquiera sus papás, porque a él no le gustaba que dijeran esas cosas. Le parecían raras e incómodas.

— También te amo, Hazza.

Y era tan real como que él y Harry habían nacido hechos el uno para el otro.

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