segunda parte.

1.3K 231 228
                                    

"¿Qué soy yo para ti?"

El bloqueador central se quedó pensando en aquellas palabras.
La respuesta más inmediata y acertada sería "mi rival", "mi compañero" o en su defecto "mi amigo" pero, ¿era eso lo que realmente significaba kageyama para él? Un simple rival, un simple compañero, un simple amigo.
No. Él significaba más que eso.

Entonces... tal vez tenía una respuesta, que era bastante clara también.
Le miró fijo a sus ojos y decidido respondió:

—La única persona que creyó en mí aún cuando ni siquiera yo lo hacía. A veces eres un insoportable... —hizo una expresión disgustada. — pero la mayoría del tiempo te veo como ese chico que sé que está para mí y por el cual quiero estar también, para él, ¿entiendes? Eres... una parte importante en mi vida... algo así.

Tobio no se inmutó. Luego de unos segundos expresó una sonrisa sincera, acariciando sutilmente los mechones del cabello de Hinata.
Ante este contacto, el más bajo sintió que la cercanía se volvía más intensa, sin embargo de cierta forma estaba encantado con la idea de tener a Kageyama pegado así.

—¿Y qué soy yo para ti? —mantuvo el contacto visual.

—Mi motivación —Shouyou se sintió feliz ante esa respuesta, pero Tobio parecía no haber terminado. —. La persona de la que mi abuelo solía hablarme... —su voz comenzaba a ser un susurro.

—¿Oh? ¿Nos conocemos desde niños acaso? —cuestionó confundido.

El pelinegro negó con la cabeza.

—No, idiota. Él solía decirme que "alguien fuerte vendría y me encontraría". Estoy casi seguro de que eres tú, siento que me he convertido en un mejor armador desde que apareciste. —se encogió de hombros. —Incluso le diste un nuevo significado a ese estúpido apodo de "rey de la cancha", un significado del que puedo estar orgulloso.

Hinata lo observaba medio anonado. Sonrió mientras un sonrojó se instalaba en sus mejillas y el brillo característico de sus ojos resaltaban más que nunca.

—En serio eres genial. —elevó sus brazos con emoción y envolvió el cuerpo del menor con poca cautela.

Kageyama se sobresaltó nuevamente ante el inesperado abrazo, pero le correspondió en un instante.

Se mantuvieron así de cerca hasta que Hinata se movió un poco para poder ver a Tobio a los ojos. Sus rostros se encontraron.
Respiraban regularmente, metidos en una total burbuja de intimidad. La cara de Shouyou se sentía naturalmente más caliente debido a la fiebre que aún permanecía, aunque era leve.
Mientras sus frentes se mantenían pegadas, sus respiraciones se juntaban y sus párpados cedían ante el ambiente.

Tranquilamente, ambos se acercaron hasta sellar un tierno beso. Ni tan corto ni tan largo. Tampoco tan intenso, sólo sus labios tocándose con cariño.
En un instante se separaron de forma lenta. Al mirarse una vez más, cayeron en cuenta de lo que habían hecho.

Eran idiotas, sí, pero no al punto de no saber qué significaba un beso en los labios.

—¡E... Ese fue mi primer beso, idiota! —Hinata se alejó bruscamente, sintiendo como si su cara ardiera demasiado. Mucho más que con la fiebre.

—¡¿Y tú piensas que yo ando besando personas por ahí? También es el mío, imbécil! —le gritó entre enojado, avergonzado y confundido.

Hinata se mantenía pensando en lo confuso que eso había sido. Él lo hizo casi inconscientemente, sintió que era necesario, como una muestra más de cariño pero luego de hacerlo no se sintió como algo normal entre amigos. Se cuestionaba y cuestionaba, pero descartaba totalmente la idea de ver a Kageyama en esa manera. No y no. Nunca.
Se negaba a la idea pero no había notado que lo más seguro es que él realmente se sentía así respecto al armador.

platón, amor e idiotas. ↭ kagehina. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora