Diario de citas (Huskbomb) TERMINADA [Hazbin Hotel]

Cita 15

Cherry:

"No te preocupes."

Fue lo único que decía su mensaje antes de que yo llegara de sorpresa al hotel.

—Perra, te dije que aquí no. — me susurró Ángel al apenas pasar la puerta a recibirme, después de todo dije que iría sin importarme si saldría o no.

—Husk. — el gato alzó la mirada y yo me acerqué a la barra. — vine a ver cómo estabas, pero... — estaba en la barra como un día cualquiera, me lo había temido. — Tú no actúas tan raro.

—Te dije que no te preocuparas.

—No me puedes pedir que no me preocupe y al mismo tiempo hablarme así.

—No soy nada tuyo como para que vengas hasta acá a hostigar por eso. —Un pequeño y filoso rayo de escalofrío tocó mi corazón.

—¿Ah sí? ¡¿Así piensas?! ¡¿Nunca se te ocurrió que te veo como un amigo o algo así?!

Husk:

— Si fuera tu amigo, te bastaría con saber que estoy bien, Cherry... — ella me miró en silencio con un gesto molesto imposible de relajar, su cara estaba volviéndose roja.

—¿Y si es así? ¡¿Qué?! ¡No estás obligado a nada! —No se fue sin antes empujar la botella que tenía en la barra impulsivamente, no la culpé precisamente en ello pero apenas me había agachado por la botella reventada cuando Niffty ya había llegado aquí de un salto.

—¡Yo lo levanto! — me miró con un pedacito de cristal entre sus dedos. — ve a alcanzarla. — no supe precisamente por qué hice tanto caso a sus palabras, pero salí de la parte de atrás de la barra y la alcancé todavía algo cerca de la entrada, a un par de pasos de su motocicleta.

—Cherry... — ella me miró y yo me impresioné por ello, me acerqué un par de pasos más. —La amistad verdadera...es algo que no creyera que existe aquí...me cuesta trabajo asimilar eso...pero, ¿Entonces, me ves como un amigo?... — ella me agachó la mirada un instante al suelo y tenía los brazos cruzados.

—No. — a secas. Debido a su silencio, estaba por darme la media vuelta cuando me habló de nuevo. — ¿Y tú?...— me regresé por completo. — ¿Creíste que lo que hacía era porque quería ser tu amiga?

—No.

—¿Qué pensabas? ...— Ahora yo fui el que no dijo nada, si no siento nada ¿Por qué me importaría lo que contestara?

—Pensaba que...tomabas las citas en serio. — su cara desbordaba de rojo y se talló el ojo.

—Bueno...al parecer nadie puede consentirte más de cinco minutos porque comienzas a alejarlos de la nada. Pero no te responsabilices. Yo tengo la culpa. —nunca lloró, ni su voz sonaba a quiebre, pero los gestos con su cara y sus manos hacían ademanes similares. — Creí que habías dicho que te gustaba tenerme cerca.

—Eso es lo más cerca que puedo llegar a estar contigo.

—¿Por qué? Yo nunca te pedí que te detuvieras.

—Cherry, alguien tan aburrido, de mi edad, te aburrirás fácilmente. Así como nos ves, así será siempre.

—¿Y qué? ¿No importa lo que yo piense? Asumiste todo lo que quise y ¿Yo qué? — ya no dije nada, solo desvíe la mirada y volvió a hablar.— Yo no te pido que me lleves flores, ni que me cargues todo el día como una reina o que me tengas contigo todo el tiempo, ninguno necesita eso... —Abrió los labios pero la interrumpí.

—Cherry, creo que te conozco lo suficiente como para saber que harás lo que desees, tienes el coraje y la actitud para eso. Haz eso.

—Cuando se trata de ti no, no voy a desaparecer a menos de que me lo tires en la cara, así que ahora, sin rodeos. ¿Me voy? — no contesté un par de segundos y ella ya se había dado la media vuelta, me sentí como si tuviera la eternidad para arrepentirme. No lo pensé tanto cuando me adelanté y me puse del lado de la moto para impedirle subir. No hablé, pero su mueca de sorpresa me sonrió cuando rodeó mis hombros y yo sin justificar realmente mi sonrisa, descansé mi mejilla entre sus despeinados cabellos, apenas había puesto mi palma en su cintura cuando tuve que dejarla ir.