CAPÍTULO 1. "Briago cerebro".

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El olor a tabaco inundaba mis fosas nasales, sentía las gotas de sudor correr por mi cuello y mi corazón latía con fuerza contra mi pecho. Me sentía... medianamente feliz. Sentí unas manos posarse en mi cintura.

-Te ves hermosa hoy. -dijo en mi oído.

Reí juguetonamente mientras giraba hacia él para quedar cara a cara.

- ¿Solo hoy? -alcé la voz ante el sonido de la música.

-Ayer, hoy, mañana... siempre. -respondió mirando mis labios.

Reí sonoramente y me tambaleé un poco. Era consiente de que había bebido de más y ahora mismo no contralaba por completo las reacciones de mi cuerpo.

-Ya bebiste mucho, Sky. -sonrió y apretó el agarre en mi cintura. – Tu madre va a ponerse loca.

- ¿Más de lo que ya está? -reí irónica y jugueteé con un mechón de cabello.

-Te llevo a casa, ¿sí? -sentí sus labios húmedos tocar mi mejilla.

- ¿Ahora? -hice un puchero.

-No permitiré que conduzcas en este estado, cariño.

- ¿En qué estado, Ty? -reí. - Estoy perfecta. -di un cariñoso toque en la punta de su nariz.

Me zafé de su agarre y comencé a brincar al ritmo de la música. Alboroté mi cabello y luego tomé la mano de Tyler para jalarlo hacía mí y seguir moviéndonos al compás de la música. "Boneless" resonaba por toda la casa mientras todos gritaban, reían y saltaban. Sentí mis piernas flaquear y me aferré a los hombros del pelirrojo.

- ¡Sky! -exclamó mientras me tomaba fuertemente de los hombros.

Reí a carcajadas mientras me dejaba caer en el sofá de piel justo detrás de mí.

-No te muevas de aquí -me apuntó. – Iré a buscar tu bolso y nos iremos a casa.

- ¡Ty!

Y lo vi alejarse entre la gente.

Cerré mis ojos y eché mi cabeza hacia atrás. Me sentía tan ligera, estaba en un estado de relajación en el que no me interesaba lo que los demás opinaran sobre mí. Sabía que mamá me mataría por llegar en este estado, pero no me importaba, desde que papá se había ido a Irak ella estaba insoportable y la única forma de olvidarme un poco de lo que pasaba era esta. La peor forma, lo sé, pero era divertido.

- ¡Sky blue! -escuché la voz de mi mejor amiga y sentí sus brazos rodearme.

Levanté la cabeza rápidamente y la miré. Detrás de ella venía Tyler con mi bolso en una de sus manos.

- ¡No me quiero ir! -hice un puchero mientras me abrazaba a mi amiga.

- Tu mamá se va a molestar mucho. -se separó de mí y me miró.

- No me interesa. -alcé mis hombros restándole importancia.

- ¡Oh, claro que debe interesarte, tonta! -exclamó. - Espera a que te acuse con tu guapísimo padre. -comentó haciendo énfasis en "guapísimo".

- ¡Lindsay, eres un asco! -hice una mueca. – Él está al otro lado del mundo, lo mucho que puedo recibir de su parte es un regaño.

-Pues no nos arriesguemos -comentó Tyler extendiendo su mano hacia mí. - Iré a dejarte a casa, vamos.

Miré a mi mejor amiga e hice un puchero mientras tomaba la mano del pelirrojo y me levantaba torpemente del sofá.

-Avísame cuando hayan llegado. -se despidió de mí con un beso en la mejilla. - Conduce con cuidado, Ty. -lo miró severamente mientras este asentía.

Salimos de la fiesta conmigo a tropezones hasta llegar al auto, me puse el cinturón y Tyler cerró la puerta para después subir del otro lado y arrancar el deportivo por las calles de Lake Forest.

***

Sentí el auto detenerse, abrí mis ojos y vi las luces de la casa apagadas, no había señales de movimiento y eso me aliviaba demasiado, no tenía ánimos de lidiar con mi enojona y explosiva madre.

-Llegamos, señorita Laughton. -me miró con una sonrisa.

-Gracias por traerme, Ty. -le correspondí sonriendo dulcemente.

Nos quedamos mirando unos segundos hasta que él comenzó a acercarse intercalando su mirada entre mis labios y mis ojos. Si bien no éramos novios, muchos pensarían que sí, hemos sido mejores amigos desde pequeños, pero siempre nos atraímos en secreto, no fue hasta este año que comenzaron los coqueteos... pero jamás ha habido un beso.

Sentí la humedad de sus labios sobre los míos. Correspondí el beso a la vez que él ponía una de sus manos sobre mi mejilla, sentí su lengua abrirse paso en mi boca. No era un beso dulce, al menos no del todo, había urgencia de su parte como si hubiera esperado años por este momento. Me separé de él lentamente.

-Creo que... ya... -comencé a tartamudear- Ya debería bajar. -completé.

-Sky...

-No quiero que mamá se de cuenta de que acabo de llegar. -lo interrumpí.

Tomé mi bolso y abrí la puerta del auto.

-Sky...

-De nuevo gracias por traerme -me acerqué a besar su mejilla. - Ve con cuidado.

Bajé del auto y cerré la puerta detrás de mí. Suspiré pesadamente y caminé hasta el pórtico de mi casa, pero antes de introducir la llave me detuve.

¿Qué mierda acababa de pasar? Mis labios acababan de ser besados por Tyler Spencer, el pelirrojo más guapo del instituto, mi mejor amigo desde la infancia, mi amor platónico desde los 10 años. Había añorado besarlo por tanto tiempo, pasaba gran parte del tiempo pensando en cómo sería besar esos finos y rosados labios. Pero, ahora que lo hacía lo sentía incorrecto.

El rugido del motor me sacó de mis pensamientos, no quería voltear así que introduje torpemente la llave en la cerradura y sentí el calor de casa cobijar mi cuerpo cuando estuve dentro, me quité los altos tacones y cerré la puerta cuidadosamente detrás de mí. Reí silenciosamente por mis acciones, me sentía una pequeña rata robando algo de la alacena.

Caminé lentamente hasta las escaleras y me sobresalté al escuchar unas pisadas detrás de mí.

-Shhh... -exclamé hacia el enorme perro detrás de mí.

Cuando estaba a punto de subir vi entre la oscuridad el sofá mecedor moverse, justo como en las películas de terror. Miré a Cooper por un segundo y volví mi vista al sofá. Mi briago cerebro no me permitía moverme, y fue ahí donde capté una figura alta y robusta sentada en aquel sofá.

-Bonitas horas de llegar.

Esto si era una película de terror, solo que sin fantasmas.

UN CORAZÓN DESBOCADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora