Te Ayudaré A Olvidar; Freddica (Freddy x Chica)

Capítulo 12: Sentimiento de Culpa.

Sentí cómo todo...

"—¡Foxy!"

"—¡No! ¡Despierta!"

Se borraba de mi mente.

No lograba entender nada.

—¿Fox? ¡Fox! ¡Oh, por dios! ¡Despertaste! —Aquella albina fue lo primero que se apareció entre los ojos del chico.

—M-meg... —El contrario levemente acarició su propia cabeza por la pequeña jaqueca que había sentido.

—¡Me alegra saber que estás bien! —exaltó con alivio lanzándose directamente a abrazar al chico.

—U-uh... —El contrario arqueó una ceja— ¿Estar bien? N-no entiendo, ¿Q-qué sucedió?

—¡Te encontraron inconsciente en los pasillos! ¡¿Acaso no recuerdas nada de lo que te paso?!

—A decir verdad no —contestó aún confundido por la situación.

—Ugh...eso ya no importa —Suspiro aliviada y un poco más tranquila— Sólo... —Se sentó al lado suyo y tocó el hombro del mayor— Me alegra que estés bien después de todo.

—U-uh...Meg, ¿en serio estás feliz por eso? —cuestionó algo sorprendido, Meg no es de preocuparse mucho por los demás y menos por Fox.

—¡Si! Cómo no voy a estar feliz —alardeó—. Mira, te hice el desayuno, debes tener hambre después de estar tanto tiempo desmayado —mencionó la peliblanca con una pequeña charola; huevos con tocino y un jugo de naranja—. Toma, te lo mereces —agregó con una sonrisa entregando la charola al contrario.

Fox se exaltó por completo por la acción de la jóven.
—Oh, vaya...E-esto... —El contrario miró el desayuno; realmente se veía apetitoso— Gracias, Meg. En serio —añadió una mínima sonrisa y con una cuchara empezó a comer de esos huevos fritos—. Uhm...sabe muy bien.

—Me alegra que te guste —habló dulcemente para después agarrar una almohada y golpear a su hermano con está.

—¡Hey! —El contrario mostró enojo al ver cómo por el golpe, ocasionando que su desayuno se le cayera— ¡¿Qué diablos te sucede?!

—¡Te lo mereces por el menudo dolor de cabeza que me diste! —regaño la albina.

—¡M-meg! ¡Yo no tuve la culpa de haberme desmayado! —Se defendió.

—¡¿Cómo de que no?! —Mangle cerró sus puños— Seguramente te desmayaste por esas estúpidas pastillas, ¿no es así?

—¿Qué? —Fox mostró sorpresa por su parte y a la vez se mostraba muy enojado— ¿D-de qué rayos estás hablando? ¡Esas pastillas no tienen nada que ver!

—¡No tendrían nada que ver si las tomarás en pocas cantidades!

—¡Agh! —Fox soltó un gruñido; ya no parecía ser el mismo— ¡No sé porque te quejas! —Desvió la mirada y se cruzó de brazos egoísta— Todos esos medicamentos me hacen bien.

—¡Te harían bien si las tomarás con medida!

—¡Eso hago! —Se excusó— Bueno...en ocasiones.

—Fox... —habló con decepción—. No tienes que tomarte esas pastillas cada que te sientas mal y lo sabes.

—¡Ugh! ¡Basta, Meg! ¡Estoy harto que me trates cómo un niño! ¡Yo mismo me puedo cuidar sólo!

—¡Oh! ¡Claro! —habló con sarcasmo—. ¡Lo dice el que ni siquiera puede tomar sus pastillas con normalidad!

—¡Meg!