Capítulo 1

1.5K 35 0
                                    

Estábamos en el reformatorio, mi hermana y yo, hasta que llegaron ellos. Se llamaban Justina y Bartolome Bedoya Agüero. Venían a adoptar a niños para su fundación, se llamaba Fundación Bebé.
Nos habían dicho que iba a venir gente a adoptar y que estuviéramos preparados todos en el "salón de eventos".
Claramente yo no estuve ahí, sino que llegue un poco más tarde.
Un chico me había sacado mis cosas y tenía que resolver eso, pero como soy media bruta lo tuvimos que resolver a mi manera, sí, a las patadas.
Cuando estábamos peleando sin querer llegamos al salón, y allí estaban. El chico me tiró al suelo, me levanté y casi le pegó, pero me rescaté porque estaban ellos y decidí gritarle.

- Esa- dijo Bartolome.

Me di vuelta y los miré.

- ¿Y estos quienes son?- dije.

- Tu nueva familia querida, tu nueva familia- me respondió él.

Si, decidieron adaptarme, pero no solo a mi, sino que como tenía una hermana nos tenían que llevar a las dos, y así fue.
Llegamos a la Fundación Bebé. Justina (es media amargada) nos preguntó nuestros nombre con voz mal hablada, porque claramente no se los habíamos dicho.

- Mi nombre es Emma- respondi.

- Yo me llamo Marianella- respondió mi hermana.

- A vos te llamaremos Mar- dijo Bartolome, haciéndose un poco el simpático.

Justina, nos mostró la casa completa.  Nos dijo que arriba no podíamos subir, era zona prohibida para nosotras.
Después de una hora, nos llevó a nuestro cuarto para instalarnos y dejar nuestras cosas. Eso sí, nos explicó que nada es de nadie.

-Ey Mar, llegaron dos chicos- le dije señalando los.

-  ¿Serán de nuestra edad?- le dije.

- No lo sé Emma, segui desempacando que estos no me caen muy bien- me dijo ella, y me quede callada.

Los dos chicos que habían venido tenían cara de preocupados, pero Justina que no tenía buena cara y siempre estaba amargada, cerró la puerta para que no escucharamos.

- Mar fijate se fueron- le dije media triste.

- Emma no te fijes ahora en eso, hace lo que te digo- me dijo ella.

Entro Justina, nos miro muy mal. Nos mandó a bañarnos. Dijo que lo necesitábamos bastante.
La verdad es que no me cae muy bien, creo que esconde algo, pero no se que será. No es simpática, parece bastante mal.
En eso llegó otro chico, una nena más chiquita.

- Hola- les dije.

- Hola- nos dijeron ellos.

-Son las nuevas ¿no?- nos preguntaron.

- Si- respondi yo.

- Ah y ¿se puede saber como se llaman? - nos preguntaron.

- Yo me llamo Emma y ella es mi hermana Marianella, pero creo que acá deciden llamarle Mar- respondi.

- Ah- dijeron.

- Ustedes ¿cómo se llaman?- pregunte con una sonrisa.

- Yo me llamo Ramiro, pero pueden decirme Rama, y ella es mi hermana Alelí- nos dijeron.

- Es un gusto conocerlos- dijo Mar.

- El mío- dijo Rama.

En eso llegó un chico rubio. Tenia lindos ojos de color marrón.

- Lleca- le dijo Rama. - Por fin llegas, quiero que conozcas a las nuevas integrantes. Ella se llama Emma y ella Mar.

- Hola- nos dijo él. - Yo no las quiero asustar pero este no es un buen lugar-.

Estaba raro, como si le hubiesen hecho algo malo.

- ¿Por qué? - le pregunté.

- Porque acá van a tener que trabajar, con muñecas para el señor, sin cometer errores porque sino van a la selda de castigo, yo vengo de ahí. Todavía no se cómo me sacaron.- Me dijo.

- Se puede saber ¿qué es eso?- pregunto mi hermana.

- Es un lugar frío y oscuro, donde no te dan nada de comer y tomar. Te dejan por lo menos dos días ahí encerrado.- nos dijo Rama.

Me asusté, llego Bartolome para ver como íbamos con nuestras cosas, nos miro raro y se fue.
En la fiesta iban a dar una fiesta, pensé que podía ir a recorrer el barrio. Entonces fui a preguntarles a los dueños.

- Señor Bartolome, le quería preguntar si ¿me dejaba ir a recorrer el barrio? - le dije.

- Capullito- me dijo él.- Hoy damos una fiesta, y necesito que estés ahí, sirviéndole a los invitados.-

Me fui. No me gustan las fiestas, y menos si era para ser de mucama.
Decidí escaparme. Iba todo bien, la fiesta había empezado y nadie me había visto salir.
Trepe las rejas altas, y salte.
Pero cuando me baje, fui tan rápido para que no me vieran, que me lleve por delante una fuente. Sí, me caí dentro.
Pero lo mejor de eso, fue que me salvó él. Llego un chico hermoso, creo que me enamore. Me saco de la fuente.

- Y vos ¿quién sos?- me pregunto mirándome.

Me quedé callada, no sabía si decirle mi nombre o no.

Casi Angeles Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora