EPIFANÍA

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Harry al finalizar el partido contra Slytherin atrapando la snitch y con un Draco Malfoy bastante disgustado que no dejaba de observarlo con una mirada llena de ira por lo reciente... pero con un brillo de deseo.

-Le has salvado el pellejo a Weasley, ¿eh? -le dijo el maldito hurón-. Nunca había visto un guardián más patoso...Pero claro, nació en un vertedero... ¿Te ha gustado la letra de mi canción, Potter?

Harry no contestó, solamente se dignó a girarse y dar cara con su equipo; preocupado por Ron que éste corrió a los vestuarios luego del finalizado partido.

-¡Queríamos escribir un par de versos más! -gritó Malfoy mientras Katie y Alicia abrazaban a Harry-. Pero no se nos ocurría nada que rimara con gorda y fea... Queríamos cantarle también a su madre, ¿sabes?

Lo único que todos pensaban era porqué no cerraba la puta boca de una vez y dejar de arrastrar las palabras con ese aire de superioridad tan irritable.

-Tampoco pudimos incluir «pobre perdedor» para referirnos a su padre, claro...

Entonces Fred y George oyeron lo que estaba diciendo Malfoy. Le estaban estrechando la mano a Harry y, de pronto, se pusieron muy rígidos y se volvieron para mirar a Malfoy. El ojiverde no podía creer que ese rubio tan hermoso sea tan despreciable. Sonrojado por el pensamiento y la mezcla de ira que sentía en ese momento... no podía creer que podía pensar en eso en una situación como esta.

Draco no dejaba de tirar veneno de su lengua; Fred y George estaban tan enojados que Harry no sabía qué hacer... solamente podía sostener a George mientras que Angelina sostenía al otro par. Malfoy, que se reía a carcajadas. Harry buscó con la mirada a la señora Hooch, pero vio que todavía estaba amonestando a Crabbe por aquel ataque ilegal con la bludger.

-A lo mejor -añadió el arrogante lanzando a Harry una mirada de asco antes de darse la vuelta- es que todavía te acuerdas de cómo apestaba la casa de tu madre, Potter, y la pocilga de los Weasley te lo recuerda...

Potter no se enteró de que había soltado a George haciendo que todo suceda muy rápido... Harry no se detuvo a pensar que los profesores lo estaban mirando: lo único que quería era hacerle a Draco todo el daño que pudiera; no le dio tiempo a sacar la varita mágica, así que echó hacia atrás el puño en el que tenía la snitch y se lo hundió a Malfoy con todas sus fuerzas en el estómago...

-¡Harry! ¡HARRY! ¡GEORGE! ¡NO!

Oía chillidos de chicas, los gritos de dolor de Malfoy, a George, que maldecía, un silbato y el bramido del público a su alrededor, pero nada de eso le importaba. Hasta que alguien que estaba cerca gritó «¡Impedimenta!» y Harry cayó hacia atrás por la fuerza del hechizo, no abandonó su propósito de machacar a puñetazos a Malfoy.

...

-¿Suspendernos? -repitió, y su voz sonó extrañamente distante-. ¿No podremos volver a jugar al quidditch... nunca más?

-En efecto, señor Potter, creo que una suspensión de por vida conseguirá su propósito -confirmó la profesora Umbridge, y su sonrisa se ensanchó aún más mientras observaba a Harry, que intentaba asimilar lo que ella acababa de decir-. Tanto a usted como a su amigo, el señor Weasley. Y creo que, para estar seguros, deberíamos suspender también al gemelo de este joven...

La cara de sapo seguía hablando de tal injusticia. ¿Por qué expulsarlos a ellos? Fred y George a todo esto no hicieron nada... Solamente la mujer desagradable quería burlarse y hacer que por fin su sucia casa gane una copa que no se merece llegando a conclusiones tan absurdas.

Lo único que Harry quería era darse un largo baño relajante luego de tal día tan horrible... ¡no podía creer que lo echaran y quería aprovechar esta noche!... su última noche como capitán dándose respiro es el baño de prefectos. No dejaba de pensar en el idiota de Malfoy, le hervía la sangre de una manera que le generaban ganas de agarrarlo fuerte del cuello y estamparlo contra la pared. Con estos pensamientos dirigía sus pies hasta el quinto piso para entrar y comenzar con lo planteado hace unos segundos; al entrar solamente se quedó mirando al espejo observando sus facciones y dándose cuenta de que estaba bastante apuesto... sus rasgos se habían endurecido obteniendo la imagen viva de su padre pero con los ojos de su madre como todo el mundo le repetía.

Pasión de baños (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora