Capitulo 1: El extraño.

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Ni siquiera sabía el nombre del sujeto ¿o si? Bueno, de cualquier manera, no lo recordaba. Pero aún así lo seguí hasta la estación, ni idea de por qué. Nos sentamos junto a la estufa, ambos soltamos un suspiro de alivio.

-¿Y? ¿Quieres decirme lo que pasó? – negué con la cabeza mirando mis manos. Si, era muy amable, pero a penas lo conocía, no iba a contarle todo sobre mi o mi vida. – Eres una chica cerrada.

-Soy una chica con sentido común. – dije soltando un suspiro y girándome hacia él, me encontré con unos ojos amarillos mirándome intensamente, sentía que me derretía cuando los vi, así que aparté la mirada. – A. Apenas te conozco.

-Está bien, entonces hablemos de algo más casual. – dijo él y cruzó una pierna sobre la otra para luego soltar una sonrisa. - ¿Vas a la academia? – Asentí con la cabeza y él me miró extrañado. – Nunca te vi antes, no vas en mi aula.

-Son muy bulliciosos, eres del aula de Boruto ¿no? – él asintió con la cabeza y yo me encogí de hombros. – Voy a la escuela a aprender, no a jugar, y no quería tener ningún problema en absoluto, así que prefería no entrar a esa clase.

-Pero todos son muy buenas personas. – yo miré el suelo un momento mientras él hablaba. - ¿Te va bien académicamente?

-Si, tengo buenas calificaciones, y mis habilidades bueno, podrían ser mejores. – dije y él me miró un segundo, arqueé una ceja. – Qué.

-Parece que eres muy obstinada, como si tuvieras un propósito. – dijo él y miré hacia otro lado. - ¿Aspiras a ser hokage?

-No, aspiro a poder protegerme. – dije y él me miró un poco confundido. – El hokage tiene mucho trabajo, además, oí que Sarada quiere serlo, pues ojalá lo haga muy bien. – miré el fuego dentro de la estufa. – Sólo no quiero que nadie me pase a llevar jamás.

-Hablas de, que si algún día debes luchar, quieres ganar ¿verdad?

-En qué mundo vives. – dije riendo un poco irónicamente. – El mundo hacia unos quince años, pudo ser así, pero ya no, ya no hay guerras ni nada por el estilo. – dije y lo miré. – Hablo de vida cotidiana, que pase lo que pase, siempre debo poder defenderme bien.

-¿Por qué querrían hacerte daño?

-Porque hay muchas malas personas. – dije y él me miró un poco extrañado, solté un suspiro y luego miré nuevamente el fuego. – Espero no te topes con ninguna.

Al día siguiente, en la escuela, cuando estaba con mis amigos, noté que él me miraba demasiado. Era el chico que había estado conmigo anoche, el cual aún no sabía si me había dicho su nombre, de hecho, no sé si en algún momento le dije el mío. Me miraba durante el receso, junto a Boruto y Shikadai, estando los tres juntos, él miraba hacia la ventana de mi aula buscando mi mirada, la cual, no recibía, ya que sólo lo miraba de reojo a veces.

-Oye, vamos a ir a comer algo ¿vienes? – negué con la cabeza. Kenji me miró extrañado, tengo dos amigos en los que confío plenamente, Shikadai y Kenji, ambos se han ganado mi confianza, era un poco amiga de Inojin, pero no demasiado. Shikadai era hijo de la tía Temari, son amigas con mi madre, era la única persona en quien confiaba mamá, lo que me permitió crear un lazo de casi hermandad con Shikadai. En cuanto a Kenji, se sentó junto a mi muchas veces en el hospital, cuando esperaba que mi mamá se recuperara, nunca le dije la razón por la cual estaba allí, pero aun así me acompañaba. – Qué pasa.

-Nada. – dije y lo miré un segundo. – Sólo que estoy a gusto aquí, ve tú, quizás vaya en un rato.

Miré por la ventana mientras oía como Kenji salía por la puerta, un ave enorme pasó frente a mi rostro y me espanté un segundo. Escuché una pequeña risa desapercibida que venía desde el patio, la busqué y ahí estaba inojin con sus pergaminos, con una sonrisa burlesca. Ese imbécil.

-Ven, hablemos. – dijo él y lo miré mal, estaba gritando de un lado del patio a otro, llamando la atención. – Y quizás considere no contarle a nadie que te asustan...

-Ya basta. – dije y bajé del banco, caminé hacia el patio, nadie estaba prestando atención y eso me ponía muy feliz. Me senté junto a Inojin y lo miré mal. – Por qué haces eso.

-Porque eres muy seria, es divertido verte con otra expresión en el rostro. – dijo él y me miró con esa sonrisa un poco neutra que tiene en su rostro. – A demás, es divertido asustar.

-No tienes pelos en la lengua ¿no? – dije con un poco de gracia, él me dio una bebida que tenía guardada, la recibí y bebí un poco. Me divertía con Inojin, pero no pasábamos casi nada de tiempo juntos, sólo algunas veces, cuando se daba la casualidad de encontrarnos hablábamos. - ¿Quieres hablar de algo?

-Pues no. – dijo él y yo lo miré un segundo. – Sólo pensé que querrías algo de compañía, y también estaba solo, así que te llamé.

-Si bueno, acababa de decirle a Kenji que no quería ir a la cafetería porque estaba a gusto en el aula. – dije y él soltó una pequeña risa. – Como me vea aquí, me cobrará sentimiento.

-Te vi con Mitsuki. – dijo él de la nada y lo pensé un segundo, pero no conocía a nadie con ese nombre, de seguro el chico con quien había practicado en clase, no sabía su nombre, quizás era ese, porque no creo que sea el otro chico, es decir, era tarde y estábamos en una estación de trenes. – El amigo de Boruto, es extraño verte hacer amigos.

-No es mi amigo. – dije mirándolo un segundo, él estaba al otro lado del patio, sentado junto a Boruto y Shikadai. – A demás, qué carajo estabas haciendo a esa hora.

-Estaba acompañando a Shikadai, sólo paseábamos. – dijo él y solté un suspiro, eso significaba que Shikadai también me había visto, que vergüenza, también me preguntaría cosas. – Él también se sorprendió, mas que yo, si esa es tu pregunta.

-A que te refieres.

-¿Eres tonta o algo? – lo miré mal y el negó con la cabeza. Parecía pensar en lo que iba a decir, parecía no estar segur de cual debía ser su respuesta, hasta que al fin lo soltó. – Son mejores amigos, claro que se preocupa por ti, él seguro está dolido porque no quisiste quedarte a cenar con él pero si te fuiste con Mitsuki a pasear en la noche.

-No podía quedarme a cenar, porque temía que al llegar fuera muy tarde porque papá... - dije y dejé de hablar de pronto. Inojin me miró algo triste y me levanté de mi haciendo. – Gracias por la bebida, iré al aula a ver a Kenji.

-No. – dijo Shikadai de pronto llegando al lugar, pude notar que había dejado un clon junto a sus amigos para que no se notara. Inojin me miró apenado y en su boca dibujó un "lo siento", Shikadai, tomándome de la muñeca me llevó detrás de un árbol y me miró serio. – Que fastidio, estoy molesto.

-No podía quedarme, papá estaba en casa. – dije y él miró hacia otro lado, bufó. – Por qué demonios estás enojado.

-Porque saliste con Mitsuki y no me lo dijiste. – dijo él sin mirarme, lo miré un segundo. – Estaba muy preocupado, pensé que él te podría hacer algo, y tu mamá llamó a casa pidiendo que te saliera a buscar, porque estaba preocupada, pero ella no podía salir. – dijo el y lo miré un segundo. – Parecía totalmente molesto, tenía el ceño fruncido, ni siquiera estaba mirándome. – Cuando llegué al árbol estaba Inojin, pero tu no. Hacía frío, así que pensé en un lugar publico que tuviera calor, fui a la estación y tu estabas con Mitsuki.

-Fui al árbol, pero Mitsuki estaba allí, me dijo que fuera a su casa, pero no quise, porque no lo conocía. – dije, Shikadai le dirigió una mirada asesina al chico y yo lo miré a él. Cuando su miraba se encontró con la mía, soltó un gran suspiro de frustración. – Así que fuimos a la estación de trenes, no quería que me hicieras preguntas si iba a tu casa.

-No te hubiese echo preguntas y lo sabes, pero debes decirme. – dijo él preocupado, actuando muy diferente a como era siempre con todos. – Moría del miedo de que te pasara algo, ni siquiera me dijiste algo, deberías haber venido a casa, cenar y quedarte a dormir, sabes que no habría problema con eso.

-Lo siento. – dije y él me abrazó, me acurruqué a él, Shikadai siempre se reocupaba mucho por mí, era algo que agradecía mucho, siempre me cuidaba. Él fue a dejarme al aula, y luego se fue con sus amigos. Mitsuki siempre encontraba mi mirada y me sonreía ¿Qué tenía ese niño?

Déjate Amar •MITSUKI•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora