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taeyoung alzó el rostro observando las nubes grises y espesas en el cielo y pensó que, definitivamente, hoy no era su día.
su mano se envolvió con más ímpetu alrededor del paquete de galletas en ella, rompiéndolas. y mientras escuchaba como estás crujían entre sus dedos, pudo sentir las primeras gotas de agua chocar contra su mejilla.
para ese entonces, taeyoung solo pudo volver la vista hacia el campo de fútbol frente a él, observando con detenimiento y sin mucho interés la manera en la que el césped artificial era empapado. ignorando por completo que él también permanecía en el mismo lugar.
un suspiro tembloroso escapó de sus finos labios cuando el uniforme escolar comenzó a pegarse a su cuerpo al querer reincorporarse de aquella incómoda posición, en la que sus codos descansaban sobre sus rodillas.
no había notado lo mucho que estaba lloviendo.
pero, ¿cómo hacerlo? sí sus pensamientos parecían ser más ruidosos que la lluvia a su alrededor e incluso más que aquellas personas en busca de algún refugio contra aquel augurio que apenas parecía comenzar.
podía sentir como su desteñido cabello se adhería a la húmeda piel de su frente con el pasar de los minutos, y la tierra en sus zapatos comenzaba a limpiarse. se sentía patético.
soltó una risa sin gracia ante ese pensamiento y con su mano movió su flequillo hacia atrás. ¿qué demonios estaba haciendo? miro de reojo la mochila junto al húmedo pingüino de peluche a su lado y quiso llorar.
kim taeyoung se sentía un completo idiota.
su teléfono vibró en el bolsillo trasero de su pantalón, y como si realmente no le importara lo tomó.
un « lo siento, taeyoung » brillo en la pantalla de inicio, la cual no tardó en mojarse, un poco más, antes de que finalmente fuera aventado sin mucho cuidado.
su mirada siguió aquel proyectil en movimiento antes de verlo caer contra el césped, perdiendolo de vista solo porque la aparto.
¿eso era todo lo que tenía para decir?
—hey, taeyoung-ah. no deberías lanzar tus teléfonos así —llamaron desde el pie de las gradas. taeyoung no debía mirar para saber de quién se trataba.
dió un último vistazo por donde había lanzado su teléfono y bufo; vaho escapando de sus labios.
—¿por qué estás aquí? —pregunto esta vez la misma voz, ahora estando un escalón más abajo del suyo. taeyoung alzó la mirada encontrándose con aquellos enormes ojos mirarle expectantes.— ¿no vas a responderme?
al ver como el chico sentado frente a él se encongia de hombros, seongmin hizo un mohin.
