CAPÍTULO 1

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Detente no lo hagas- Me grita mi subconsciente, pero no soy capaz de hacerle caso, mi odio, tristeza, ansiedad, temor y depresión no dejan que le haga caso a esa voz que me pide a gritos que pare

No puedo más... No quiero parar, deja de hablarme maldita sea - Quiero lanzarme de este puente ya, no quiero ser encontrada nunca, ya no quiero causar daño a mis padre, familiares y amigos ¡Ya no quiero esto!.

En un abrir y cerrar de ojos tengo aun chico a mi lado, sé que está gritando aunque no logro comprender qué es lo que trata de decir.

-No lo hagas, no vale la pena, sea cual sea tu problema; te puedo ayudar solo detente. Baja de ahí que te lastimaras. 

No quiero escucharle, se que nada estará bien y al igual se que el no podrá ayudarme - Solo lo hace por lastima- Esta vez no es la parte sensata de mi cabeza, no se quien sea ella, solo se que ella es la causante de esto que estoy a punto de cometer - ¡ILANA SALTA YA!.

- No quiero. No voy a saltar, deja de decirme que hacer por favor ya no puedo soportar te - Grito a esa voz en mi cabeza que me incita hacer cosas que no son correctas y atentan a mi vida.

-Necesito que me ayudes a bajar de aquí - Le pido al extraño que llegó a mis rescate.

No se quien sea aquel chico desconocido pero gran parte de mi cuerpo y mente agradece que se haya encontrado de paso por este lugar.

-¿Cual es tu nombre? - Pregunta aquel chico después de ayudarme a bajar de aquel puente; Me percato que en su voy hay  un toque de miedo y nerviosismo al hacer aquella pregunta.

No contestó a su pregunta solo me limito mirar un punto en la nada, no quiero que sienta mas lastima por una persona que estuvo a punto de cometer un suicidio -No vales nada, eres escoria ¿tu crees que él realmente está preocupado por ti? ja, no eres nadie, ríndete no perteneces a este lugar - Grita esa voz en mi cabeza y lo peor es que no se como detenerla, siendo sincera le tengo pavor a que vuelva a tomarme  y hacer que cometa el mismo error y que esta vez no haya nadie que me pueda salvar de mi misma.

- Tan siquiera dime como te puedo ayudar, ¡Maldición!  no soy un puto adivino - grita con desesperación aquel extraño haciendo que me sienta mas mal de lo que me siento.

Le señalo mi pequeña mochila al otro lado de donde nos encontramos - Tómala en uno de los bolsos pequeños esta mi teléfono - Le digo con hilo de voz que apenas es audible, a pesar de eso creo que escucho todo lo que le dicho porque se dirige hacia a ella tomándola y buscando el celular dentro de esta.

Al encontrarlo se percata que no tiene contraseña siendo un gran alivio para los dos, pues el ambiente no es muy agradable como para estar atiborran dome con preguntas y él esperando tan siquiera un intento de respuesta.

- ¿A quién llamó?  - Pregunta el chico mientras tiene la cabeza metida en el celular -  ¿Tienes alguna amiga a la que puedas marcar, o prefieres a tus padres?...

- Llama a mi madre - Es lo único que puedo articular en este momento; Acto seguido el chico que acudido a mi rescate se encuentra hablando con mis padres, pues se que ella ha llamado a a mi padre, han de  estar despiertos buscandome desesperadamente no es tan temprano como para que yo no haya llegado a casa, pues claro está que no soy de esas chicas que se van de fiestas y regresan a casa al otro dia.

- Estamos en el puente que está en la avenida...

No escucho mas estoy muy cansada como para prestar atención a cómo le explican a mis padres donde me encuentro y vengan a mi rescate. 

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