Un mes más tarde, la ciudad había recuperado un relativo orden, y todo parecía que iba a mejorar, excepto para un hombre: Laurence Osburne.
Él se encontraba planificando su venganza contra los héroes que habían hecho temblar su imperio el día en que Vigilante lo expuso y lo obligó a huir por su vida para evitar ser detenido.
Había intentado abandonar la ciudad más de una vez, pero era demasiado peligroso, su rostro estaba en todos lados, y había perdido casi todos sus contactos en la policía el mismo día que tuvo su encontronazo con Vigilante y Rampage, así que terminó optando por permanecer oculto en la ciudad hasta que las aguas se calmaran y pudiera huir definitivamente. Intentar luchar contra las acusaciones hubiera sido inútil, aun comprando a todos los jueces de Krimson Hill, ya que aún si hubiera sido encontrado inocente de todos los cargos, Vigilante lo había expuesto, había mostrado su verdadera cara a toda la ciudad. Cronos ya no podía moverse en las sombras, manejar los hilos desde la distancia como él tanto había disfrutado.
En un viejo y sucio edificio abandonado, el líder de La Hoz tuvo que ver cómo día a día las noticias traían su nombre a colación, mostrando imágenes de policías entrando y saliendo de sus múltiples propiedades, cargando caja tras caja de materiales que pudieran servir a la hora de llevarlo a juicio. Cada día, la ira en su interior se acumulaba, y cada día se sentía más impotente. Lo único que evitaba su muerte era saber que tendría su venganza, que podría tomar la cabeza de Vigilante entre sus grandes manos y estrecharla hasta que estallara, y solo entonces podría descansar en paz.
Ese día Cronos se encontraba internado en lo más profundo de sus sangrientas fantasías, sentado en el suelo de la sucia habitación principal. Dos guardias vigilaban una pesada puerta de madera, mientras que otros cuantos patrullaban el lugar. Luego de su caída en desgracia, tan solo un puñado de hombres habían permanecido al lado de Cronos, mientras que el resto habían muerto a manos de Los Profetas, habían sido detenidos por la policía, o sencillamente habían decido huir para salvarse.
La monotonía del último mes había ido desgastando lentamente a Osburne y parecía que ese día no sería distinto, hasta que sonidos de disparos comenzaron a retumbar por todo el edificio, poniéndolo a él y a sus guardias en alerta.
Los disparos continuaron acompañados de gritos de dolor y terror, y sin saber exactamente qué era lo que estaba ocurriendo, Cronos supo que sus hombres estaban perdiendo. Convencido de que Vigilante los había encontrado finalmente, y era hora de un último enfrentamiento, Laurence se levantó decidido a caer peleando, y los dos hombres que lo acompañaban se posicionaron justo a los lados la pesada puerta, esperando que el héroe la cruce para acribillarlo al instante.
Al cabo de unos minutos, los gritos y los disparos se detuvieron, y un silencio amenazador los remplazó augurando que lo peor estaba por venir. Los músculos de los tres hombres se tensaron al escuchar pasos fuera de la habitación, el sudor recorrió sus rostros, y todos sus sentidos se enfocaron en el momento presente.
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Krimson Hill: Ciudad de la Furia
ActionVincent Hardy, detective de día y héroe enmascarado de noche, deberá enfrentarse a un sádico villano que está a punto de desatar una guerra en las calles de Krimson Hill. ...