Fui tocado por tu presencia desde la primera vez que te vi, fue una explosión de mis dibujos, en el estudio del sr. Carlos. Estabas usando un vestido hermoso que te hacía brillar, y te acércate a mí, preguntando :"¿podría exhibir algunos de estos cuadros en la escuela donde enseñó?".
Acepté, y a medida que conversábamos, me sentía cada vez mejor. Cuando fui a tu casa por primera vez, sentí que la atmósfera del lugar__los libros, la manera de arreglar la casa__tenía una profunda identificación conmigo. Me gustó el estilo de nuestra conversación, y la manera suave con la que me hiciste hablar de mí mismo.
Hiciste muchas preguntas, y en algunos momentos me sentí un poco avergonzado, pero, gracias a tu espíritu e inteligencia, terminé por contarte todo lo que querías saber.
A las otras personas les parezco interesante. Les gusta prime hablar porque soy una persona diferente. Para ellas no soy más que divertimento, que van a olvidar cuando aparezca algo más curioso. Fuiste, sin embargo capaz de extraer lo profundo que había en mí, sentimientos que muy raramente con alguien. Eso fue maravilloso, y sigue siéndolo.
Nos hicimos amigos. Y un día me preguntaba si yo necesitaba dinero para ir a París. Hasta ese momento, siempre me había negado a aceptar ese tipo de ayuda, pero me dijiste algo sobre el dinero que nunca voy a olvidar: que es impersonal, que no pertenece a nadie, que tan solo pasaporte nuestras manos. El dinero no es una posición sino una responsabilidad, y nosotros debemos de darle el destino correcto.
Me fui a París, teniendo siempre a mi lado tu imagen, tu fe, y tu carisma. Allá me di cuenta que no solo estaba viendo la ciudad sino que también me estaba estudiando a mi mismo, y pude comprobar cómo nuestra relación empezaba a afectar mi vida cotidiana. Aunque estuvieras distante, tu presencia me acompañaba por calles, plazas y cafés. Cuando regrese, volví a encontrar a la misma dulce criatura que había conocido.
Adrián Smith
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En Busca De Mi Amada
RomanceMi adorada Bella: Que seas bendecida para siempre, por todo lo bueno que me has dado. Cada vez que conversamos, siento un hermoso dolor en mi corazón. Siempre estas señalandome la cumbre de una montaña, y diciendome: ¿ Cuando Adrian llegará allí...