LEJOS ©

CAPÍTULO II

—Tenemos que irnos ya. — Siento como mi cuerpo es arrastrado hacia abajo. —¡Vamos! ¡Muévete ya, Skylar!

Abro los ojos y veo a Jim, todavía con el traje de anoche, tiene el pelo revuelto y sus ojeras enmarcan su mirada de tipo malo.

— ¿Qué sucede?— Alcanzo a decir.

—Están afuera.

Oh, no.

Tomo mis cosas y me preparo para salir de ahí ahora mismo. Jim me dice que no podemos salir por la puerta, que usaremos la salida de emergencia, podríamos causar un tiroteo aquí y lo que menos necesitamos en este momento es otro alboroto con la policía.

Ay, ¿qué será de mi pobre padre y su
vergonzosa hija?

En estos momentos debe tener la cabeza hundida en su almohada tratando de recuperarse de la borrachera. Como cualquier otro hombre, mi padre piensa que la bebida le ayuda a calmar sus nervios, y vaya que debe tener los nervios de punta, hace más de una semana que no tiene noticias de mi, aparte de lo del noticiero, claro.

Jameson está fuera de sus cabales, ni
siquiera lleva sus zapatos, al parecer se ha levantado y así mismo ha corrido a despertarme. Empuña su maletín y me toma de la mano, yo le sigo a paso veloz, nos dirigimos hacia una especie de sótano al final del pasillo.No comprendo cómo es que él conoce todo sitio al que nos dirigimos, es como si hubiese estado aquí antes, ya sabe lo que hacer a dondequiera que vaya.

Por cierto, ¿por qué no se deshizo del auto que nos trajo a este
motel? A lo mejor eso fue una pista más para que esos hombres nos encontraran o ¿fue parte de su plan? ¿Cuál es su plan?

Necesito que se comunique, así sería más fácil y no me tendría divagando mientras bajamos escaleras hacia un probable fin emético.

Este motel tiene un camino subterráneo hacia una antigua mina que dejó de funcionar hace mucho, todo está oscuro y hay mucha humedad, puedo sentirla en mis
pies descalzos. J saca su teléfono celular y lo lanza al suelo, luego sube la mirada hacia a mí y tiende su mano. Yo le miro, confundida.

— ¿Qué?

—Tú teléfono.

Era una pregunta obvia.

— ¿Qué?—Insisto.

—Tienen la tecnología como para rastrear nuestros móviles, Skylar. Dame tu teléfono. —Obedezco a su petición y él lo tira al lado del suyo para luego golpearlos con una roca que halló en el piso hasta dejarlos hechos trizas — Si vas a hacer esto conmigo tienes que confiar, Skylar. Y supongo que en este momento no tienes muchas opciones, pues la policía se enteró de nosotros. Tú decides, puedes correr ahora mismo hacia a Arkansas o cualquier otro sitio que te apetezca o huir conmigo mientras el destino nos lo permita ¿qué decisión tomarás?

Vaya, Jameson, que fácil lo dices tú.

—Seguiré contigo, de todos modos ya
destruiste mi celular. — Le contesto—Bien. Vamos.

Seguimos caminando a oscuras por este túnel, me pregunto a dónde vamos a llegar con todo esto, aun no lo comprendo y mientras más me sumerjo a esta vida más perdida me siento.

Todo comenzó hace más una semana, cuando Jim me invitó a salir. No soy una chica de tener muchas citas, siempre preferí quedarme en casa viendo películas y series, creo que debería tener un reconocimiento
por ello, he visto más películas que nadie, podría apostarlo. Papá todo el tiempo estaba trabajando y mi relación con mi madrastra no es muy buena, así que poco la veía, pues, la condenada preferiría mil veces un esmalte de uñas que a mi padre. Él tampoco ha sido una joyita, pues, por eso mismo mi madre se largó con el primer tipo que se le puso en frente. La extraño muchísimo, de vez en
cuando me envía cartas desde su residencia fuera del país.