Aquella noche ni siquiera dormí, recorrí la ciudad en skate con Matías. No podía creer que ya estuviéramos juntos. Echaba tanto de menos su compañía que sonreía a cada rato, sí, mucha felicidad. A las cinco de la mañana nos subimos a su azotea como hacíamos antes y hablamos de cómo nos fue en ese tiempo.
Mati: ¿Vos tuviste novio? - preguntó muy interesado.
Ehm... No, sigo sin tener novio - me reí de mi desgracia. En toda mi vida había tenido uno.
Mati: ¿Por qué? Sos re linda, tierna y buena onda. ¡Qué les pasa man! - me sonrojé al escuchar sus halagos.
Ay, no sé; tampoco estoy preparada para relaciones... - intenté excusar la verdadera razón.
Mati: Che, si conseguís uno, presentamelo el primero - dijo muy serio. - le daré mi bendición.
Comenzamos a reir y recordé que él salía con Sofi, así que conversamos sobre su relación con ella.
Mati: Nos llevamos bien y estamos felices, pronto me gustaría contárselo a mis seguidores. Aunque la mayoría se lo espera - decía mientras tomaba una monster. - Por cierto... ¿ cómo sabes que somos novios?
Me lo dijo mi padre porque lo contó tu madre - expliqué.
Mati: Ah, dale - nos miramos a los ojos en silencio por unos segundos.
Parecía que ninguno de los dos necesitaba hablar, simplemente leernos la mente. Pero la situación cambió bruscamente, de amistad a tensión. Nos acercamos lentamente el uno al otro, sin pestañear. Matías me acarició el cabello y cuando nos quisimos dar cuenta, nuestros labios se encontraban a pocos centímetros. Nos separamos de inmediato un poco incómodos.
¿Qué ha sido eso...? - tragué saliva.
Mati: No sé... - respondió nervioso. - ¿Querés dormir?
Sí, tengo sueño... - noté al instante de que quiso cambiar de tema y lo agradecí.
Fuimos a su habitación, me puse una camiseta suya de doomer edgy y me tumbé en su cama. Él volvió del baño un par de minutos después, estaba medio dormida y se acostó a mi lado tapándome la mitad del cuerpo con la sábana; como hacíamos de pequeños.
A la mañana siguiente despertamos abrazados, prometimos no decir nada sobre lo que ocurrió la noche anterior. Aún sentía los latidos de mi corazón a mil por hora. Sinceramente no me hubiera importado besarle, pero entendí que tenía novia y estaban felices juntos. No quería entrometerme en esa relación tan bonita. Quizás él nunca se lo confesara a Sofía creyendo que fue un error y además eso cambiaría nuestra amistad. Sólo de pensarlo lo pasaba mal, así que decidí olvidarlo.
Mati: Buen día... - dijo adormilado.
Buenos días... - respondí observando sus ojos entreabiertos.
Mati: ¿Llevas mucho tiempo despierta? - preguntó curioso.
No, no, tranquilo - en realidad sí; estaba buscándole una explicación a lo anterior.
Mati: Si necesitas algo, avisame - parecía que quería seguir durmiendo.
Y así fue, no pude responder porque se volvió a dormir. Me levanté con cuidado, hice mis necesidades y cuando llegué a la cocina, no había nadie. La casa estaba sola. Me senté en el sillón y empecé a reflexionar sobre si debía contarle lo que siento por él.
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~ Mi amigo patagónico ~ || Matias Candia ||
Fanfiction- Si te dijera que eres mi canción favorita... ¿me matarías?