Madre.

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Cuando te tuve en mis brazos, fué una sonrisa lo primero que te dí.

Aunque me sentía infeliz por tener que casarme de manera obligada, tener una hija que se asemeja a Gustav en conducta, tú fuiste una pequeña luz en mi vida.

Te ví crecer, te dí amor, comprensión dediqué todo mi tiempo a tí.

Pero todo cambió cuando comenzaste a tocar el violín.

Al ver eso supe que no podría hacer nada para contradecir los métodos de enseñanza de Gustav.

Pero sí podía enseñarte modales y algunas cosas básicas que una madre enseña a sus hijos, adoraba cada momento en que te veía sonreír.

Me dolía el corazón escuchar los golpes de la regla contra tu piel, le rezaba a Dios para que pudieras complacer a tu padre y así librarte de esa agonía.

Pero cuando eras niño, intenté detener a tu padre pero las consecuencias no eran buenas, ninguna lo es, tenía que ir de compras y a reuniones con el rostro golpeado.

Era vergonzoso tener que desviar el tema cada vez que me preguntaban "¿Qué te sucedió?".

Tuve que dejar de hacerlo, decidí dejar que tu padre hiciera lo que quisiera contigo.

Pero siempre estuve al pendiente, le preguntaba a Lydia sobre alguna novedad, ya que ella se encargaba de mantenerte vigilado.

Cuándo escuché que obtuviste el segundo puesto sólo podía imaginarme en lo lastimado que ibas a quedar.

Al ver que Gustav te estaba lastimando en nuestra sala, fué doloroso para mí, así que me alejé yendo a mi habitación para llorar y rezar para que no te dejara más cicatrices.

Mi vientre me dolía mucho, el lugar en dónde te llevé nueve meses estaba sufriendo al imaginar las lágrimas que brotaban de tus ojos.

Los días siguientes no paraba de aconsejarte sobre cómo comportarte, pero lastimosamente no me escuchaste.

Me asusté mucho al ver tu brazo sangrar, mi cuerpo reaccionó sólo tomando el brazo de tu padre para impedir que te siguiera haciendo daño.

Pero me sentí inútil al ver que mi fuerza no era comparable con la suya, el verte en ese estado me provocó un ataque en el que sólo me límite en arrinconar me en una esquina y llorar.

Desde ese día tenías una sonrisa aterradora en el rostro, ya no reconocía a mi hijo, a mi pequeño rayo de luz.

Escuché que ibas a una práctica grupal obligatoria en el conservatorio, sonaba importante, así que me alegré por tí, al fin iban a salir bien las cosas.

Pero hablé muy rápido.

Mientras caminaba por los pasillos Gustav me enfrentó con un pequeño cuaderno en su mano.

- ¿Qué sucede?

- Tú hijo está con unos jóvenes desequilibrados.

Me preocupé todo ese tiempo, Gustav al hablar así se refería a jóvenes peligrosos, sólo temía por tu seguridad.

Al ver el daño que le hacía a Lydia, sólo podía imaginar el castigo que tú padre te daría al llegar a casa.

Esperé con el Jesús en la boca mientras veía a tu padre y hermana en el umbral, apretaba mis manos al ver los gestos de enfado de parte de tu padre.

Sólo quería verte pasar el umbral para saber que estás bien.

Pero mi corazón fué a mil por hora al ver cómo Gustav cerraba la puerta mientras metía a Lydia adentro.

Mis ojos se cristalizaron al escuchar esas horribles palabras departe de él.

- ¡Él murió y ya no se hablará más de él en esta familia!.

No.

Mi pequeño no.

No puedo dejar a mi pequeño sólo en la calle.

¿Qué comerá?

¿Dónde dormirá?

La incertidumbre me carcomía al pasar de los días.

Prometí no decir ni una sola palabra o sonreír hasta que te viera volver a entrar por esa puerta, saludándome con un beso en la mejilla y un abrazo.

Anhelaba con todas mis fuerzas que volvieras, trataba de calmarme mientras me mecía en la silla.

Quería que volvieras.

Me concentré en eso y no me dí cuenta cuando me faltaban fuerzas.

Hasta el punto en que ya ni siquiera podía levantarme de la cama.

Siempre me pregunté si tuviste esposa, hijos, amigos, alguien de confianza guiándote en tu camino o si estarías sólo, necesitando del amor de tu madre que siempre te adoró.

Los médicos iban y venían de mi habitación con Gustav y Lydia presentes.

Sabía que era mi momento.

¿Cómo lo supe?

Cuando ví que el cielo era perfecto porque tenía a mi hijo esperándome allá arriba.

Estaba felíz porque por fin estaría con mi hijo otra vez, luego de tantos años en la inquietante espera.

Por fin volvería a sonreír con mi pequeño rayo de luz.

Todos nos hacíamos la misma pregunta aunque nadie hablara de ello se notaba en sus miradas, ¿Dónde está Sebastian?

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Bye bye 🐖❤️

Sebastian [Metal Family]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora