El día que todo Seúl estaba esperando llegó. Una ceremonia oficial se celebraba en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el wang-gwan. La clase alta se preparaba sus mejores galas para la ocasión, y el resto de habitantes miraban con envidia a los privilegiados que podían asistir a tal evento.
Uno de los que no pertenecían ni a un grupo ni al otro, era yo.
Aunque mi sueño era vestir como un príncipe y tenía pensado confeccionar un traje brillante para el día, decidí que no era el momento de lucir algo que deslumbrarse demasiado. Era el momento de Jimin. Así que al final decidí llevar un traje negro, el mismo que siempre llevé para otras bodas que había presenciado.Pero esta vez era diferente, esta vez iba a presenciar la boda de mi mejor amigo. Mi mejor amigo se casaba. Dios mío.
El día anterior a la boda, habíamos decidido salir a un bar como despedida de soltero. Habíamos invitado también a Hoseok, un compañero mío de la academia de Bellas artes, con el que Jimin se llevaba muy bien ya que los dos compartían la pasión por el baile y habían coincidido en varios antros nocturnos donde se disputaban retos de coreografía.
Nada más entrar, mi mejor amigo pidió una botella de whiskey. Se le notaba nervioso, y yo quise pararle los pies pero el más mayor se interpuso.
— Déjale disfrutar esta noche.
Nos sentamos en una de las mesas más apartadas del lugar, que daba vistas a la impresionante ciudad de noche.
— ¿Creéis que gustaré a ese chico? — preguntó Jimin mientras se bebía un vaso entero de whiskey de un trago.
Le eché una mirada de desaprobación. Hoseok, más amable, sonrió.
— Claro que le vas a gustar. Es imposible que un chico como tú no guste, mírate por favor. Si no le gustas es el hombre más tonto del mundo.
Esas palabras parecieron agradar a Jimin, porque para celebrarlo se tomó otra copa entera. De un trago.
— Jimin, creo que deberías... — empecé.
Me interrumpió.
— Déjame, Tae. Tú no eres el que se casa con un completo desconocido mañana.
Callé, y lo miré con compasión. Mi mejor amigo, el que siempre había creído en el test y en el orden de las cosas, aterrado por la elección que había hecho el sistema. Él, que siempre tenía la respuesta a todo, incapaz de hacer nada más que beber.
— Jimin... — empecé — Te quiero, ¿vale? No importa lo que pase mañana, siempre voy a estar ahí.
Se le empezaron a saltar las lágrimas al escucharme, y alargó el brazo para acariciar mi mano.
— Lo sé, Tae — me dijo mirándome con el cariño con el que siempre me ha tratado — Lo sé.
Hoseok, por otro lado, contemplaba la escena maravillado y con una sonrisa de oreja a oreja.
— Os deberían haber juntado a vosotros dos. Miraos, os quiero casar aquí mismo.
Al instante apartamos nuestras manos y nos dirigimos al tercero con la misma expresión de repugnancia.
— ¡Hobi! — grité — Es como mi hermano, pensar en algo más que eso hace que me quiera arrancar los ojos.
El aludido me observó incrédulo.
— Vale, perdona. Es que siempre os he visto tan unidos que pensaba que erais como almas gemelas.
— Somos almas gemelas . — dijimos al unísono Jimin y yo y no pudimos más que reír.
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Chaotic love
FanfictionEn un mundo donde el orden y la estabilidad están por encima de los sentimientos, el gobierno obliga a todos los ciudadanos a casarse con personas asignadas según su personalidad e intereses. Cuando Kim Taehyung asiste a la boda de su mejor amigo Pa...