Viktor Volkov (os +16)

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Laia's POV.

Las cenas de trabajo cada vez se hacían más habituales, y, aunque la pereza me dominaba cuando tenía que ir a una, no podía negar que eran bastante entretenidas, sobre todo por las ocurrencias de algunos de los agentes.

Hoy era una de esas noches en las que debería sacar mi lado más formal y elegante, por más que me pesara en el alma.
Tras mirarme con disgusto al espejo, salí del baño para dirigirme a la habitación. Inmediatamente, un fuerte olor a perfume inundó mis fosas nasales.

— ¿Te bañaste en colonia o qué? Joder... —tapé mi nariz y escuché una risita proveniente de mi pareja, que todavía se encontraba arreglando la corbata frente al espejo.—

—  Tampoco me he echado tanta, el problema es que es muy fuerte. —el chico agarró el frasco de perfume y lo miró con detenimiento, encogiéndose de hombros.—

— Pues controla, que se caen las moscas cuando pasas cerca de ellas. —tosí, quizás exagerando. solo obtuve un golpecito en el hombro por su parte.—

— ¿Qué te parece?, ¿voy guapo? —quedó totalmente enfrente mía, y la verdad es que no podía negar que se veía como un puto dios. recorrí su cuerpo de arriba a abajo y asentí con aprobación.—

— Tú siempre vas guapo, cállate. —le regalé una sonrisa totalmente sincera y me acerqué a él para rodear su cintura.—

— Lo sé, tú también estás preciosa. —esas palabras hicieron que mi corazón se pusiera a mil, así como mis mejillas comenzaron a arder. noté un suave beso en mi nariz, que por unos instantes hizo que cerrara los ojos.—

— Nah, no lo creo. Pero bueno, ¡vámonos! O llegaremos tarde... —di una palmada, haciendo que Viktor pestañeara unas cuantas veces por el susto.— Por cierto... conduzco yo, que luego te sienta mal el alcohol y te vas cayendo por las esquinas. —cuidadosamente y con una sonrisa en mi rostro, le arrebaté las llaves del coche de sus manos.—

Tras unos minutos de viaje, aguantando las quejas de mi novio porque, según él, conducía muy rápido, llegamos al restaurante donde nos encontraríamos a gran parte de la malla policial.

Como era de esperarse, nos encontramos a Conway discutiendo con el aparcacoches.

— ¡Que no, capullo! Mi coche lo aparco yo, ¿qué es lo que no entiendes? —las palabras del Superintendente salieron con asco y dureza, dejando al pobre aparcacoches totalmente mudo.—

— Conway, Conway, relájese, hombre. —un Gustabo un tanto divertido apareció de la nada, intentando tranquilizar al protagonista de esta escena.— Deja al pobre hombre hacer su trabajo. —justo cuando iba a abrir la puerta del coche, Conway la abrió con fuerza, empujando a Gustabo.—

— Aparta, mariconetti, mira por dónde vas. —y, así sin más, entró a sus anchas en el restaurante.—

— Es un crack, hace siempre lo que le sale de las pelotas... el puto abuelo. —se podía ver en los ojos de Gustabo una especial admiración hacia la persona de Conway.—

Tanto Viktor como yo no supimos qué decir ni hacer, solo miramos la escena espectantes, sin entender muy bien qué acababa de pasar.
Entramos en la estancia, y rápidamente la figura de uno de los agentes destacó por encima de los demás: era Horacio y su "outfit" exclusivo para esta noche. No podía mentir, el eyeliner le quedaba de puta madre.

[...]

2:00 am.

Todo estaba saliendo de "maravilla": Horacio se disponía a lanzarle bolitas de papel a los demás compañeros; Conway, totalmente borracho, solo se dedicaba a pegarle a la gente y, de la nada, se ponía a cantar; Gustabo optó por subirse encima de la mesa y hacer un striptease, y, para colmo, a Greco le pareció una buena idea pedirle a Leónidas que cantara algo para amenizar la velada.
¿Estábamos en un restaurante o en una guardería?

𝙍𝘼𝙉𝘿𝙊𝙈;; 𝙂𝙏𝘼 𝙑 𝙍𝙤𝙡𝙚𝙥𝙡𝙖𝙮. (cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora