Mi vida se hace trizas, mi corazón se rompe, y ya no sé cuánto más pueda soportar.
He dejado de contar los días a tu lado, por el simple hecho de que ya no estamos juntas...y qué más me hubiera gustado que tomar tu mano por siempre, pero no se dió.
Mi mente y mi corazón estallan constantemente, están en una lucha por ver quién resiste más. Mi cuerpo sólo quiere un fin pronto, pero trato de ser fuerte.
A veces, siento que me asfixio en mi miseria, y me deja peor alejarme de todos, pero no encuentro otra opción.
Cada lágrima nocturna y el frío de la noche, me ayudan a soltar un poco más la tristeza, y es que ésta se desborda por montones.
Luego llega la calma, y trato de sonreír y recordarme que algún día ésto pasará y serán lecciones y recuerdos. Trato de convencerme de que todas esas nubes y telarañas mentales, sólo dejarán de existir un día y volveré a ser yo.
Luego, trato de reír con un mundo cibernético lleno de cosas absurdas, y minutos después, me doy cuenta de que mis ojos ya no lloran más.
Mi vida ya no es la misma, y tú no estás aquí para saberlo, no estás aquí para ayudarme a respirar.