Capitulo 2

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Fue un momento, me desperté en el hospital, estuve inconsciente durante dos meses. A mi lado estaba mi madre llorando. Me lo contó todo, tuve un accidente y por lo visto Lucas sólo se había roto un brazo, y los del otro coche murieron ahí mismo. Me costó asimilar todo lo que había pasado.

A la semana ya estaba en casa, mandé un mensaje a Lucas, no me respondió en todo el día y por la noche me dijo que quiere verme.

Esa misma noche quedamos, se había cortado el pelo, antes lo tenía largo, había cambiado.

Estábamos en un bar y me empecé a encontrar mal, me fui al baño y me miré en el espejo, mis ojos azules, ya no tenían el mismo tono, ahora eran grises muy claros, parecían blancos, no me lo podía creer. Volví a la barra, a su lado y le dije que me quería ir a casa. Salimos y sentí un dolor agudo en la cabeza, me paré y empezaron a pasarse imágenes por mi mente, era mi mejor amiga, Noelia. Y Lucas. Estaban juntos.

Después, dejó de dolerme la cabeza, entonces eché a llorar desconsoladamente, él me preguntaba que me había pasado y yo le decía que nada. Cuando me calmé, en el resto de la noche no volvió a sacar el tema.

Cuando volví a casa, mi padre me estaba esperando. Los dolores volvieron, y volví a ver imágenes, era mi padre en el médico.

Al rato, mi madre entro en el salón y me dijeron que tienen que hablar conmigo, me contaron que mi padre tiene cáncer de pulmón, me derrumbé y me eché a llorar nuevamente.

A los dos días, mi hermana volvió de un campamento, se llamaba Carla, tenía quince años y compartíamos cuarto. La saludé y al instante los dolores de los días anteriores se repitieron. Imágenes y más imágenes. Ví a Carla, estaba confesando a su amiga que está embarazada.

Aterrorizada la pregunté si está embarazada, afirmó. No lo podía creer, veía todo lo que preocupaba a la gente.

Cada vez que veía alguien cercano a mi esos ataques se repetían. Recordé el primer ataque. No podía ser verdad, Lucas y Noelia. Me engañaban.

Esa misma tarde, fui a casa de Lucas y le dejé una carta porque él no estaba. Me marché sola al lugar donde nos besamos por primera vez, eché a llorar, eran las doce de la noche. Todo iba mal, todo me daba igual, me tiré porque creía que nada merecía la pena

Hasta que la muerte nos...¿separe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora