Capitulo 03

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Han pasado casi dos meses y medio desde que había sido prácticamente obligada a convivir con el energúmeno de Harry Styles. En este tiempo no había cambiado absolutamente nada en el comportamiento de ambos, cada vez que nos veíamos pareciera que las ganas de soltar algún comentario sarcástico eran inevitables, o al menos así me sentía yo al verlo.

No había podido aprender nada de él, lo único que hacía era ir a la oficina conmigo a cuestas y dejar que me aburriera a muerte en una silla giratoria mientras él veía hasta el cansancio la pantalla de su notebook y realizaba alguna que otra llamada, su ceño siempre se encontraba fruncido y las ojeras debajo de sus ojos cada día eran más notorias.

Y es que desde que convivimos sólo lo he visto dormir tres veces, sí, tres. Cuando me despertaba a la madrugada podía ver la luz proveniente de la pantalla de su ordenador iluminando algunas cosas en la cocina, allí se encontraría él otra vez con el entrecejo arrugado y atrapando su labio inferior entre los dedos índice y pulgar.

Las únicas tres veces que lo había visto dormir sólo fueron por unas horas, se había quedado durmiendo sobre la mesa americana de la cocina. Al despertar parecía más irritante de lo normal, básicamente me gritaba que me moviera porque llegaría tarde al trabajo y una vez en la oficina volvíamos a lo mismo.

Su vida era demasiado monótona.

Y hablando de dormir poco... desde que había llegado a este lugar las pesadillas sobre lo ocurrido en junio se repetían en mi cabeza en una secuela que me obligaba a despertar de golpe con el corazón acelerado, el sudor frío impregnaba mi cuerpo y las pesadas lágrimas salían a borbotones.

No dejaba de repetir lo que había ocurrido una y otra y otra vez, a veces me negaba a dormir debido a que las pesadillas se habían vuelto más constantes pero el aburrimiento me obligaba a cerrar los ojos y sumirme en el mismísimo infierno, donde las imágenes de un hombre rompiendo mi brazo parecían más reales de lo que deberían.

La primera noche había decidió quedarme toda la madrugada llorando y temblando, Harry parecía haberlo notado aunque no había dicho nada, prefirió mirarme intensamente durante los siguientes días al parecer esperando que abriera la boca para contarle lo que pasaba. Después del primer mes creo que habrá deducido lo que ocurría con mis terrores nocturnos.

Desde ese entonces había permanecido algo raro, mientras jugaba con el "señor gordo" -sí, el gato se llamaba así- Podía sentir su intensa mirada en mi espalda, varias veces lo había pillado mirándome desde la cocina mientras miraba el techo intentando no dormir por el temor a tener otra pesadilla.

Abro la puerta de su casa, esta hace un ruido molesto mientras ingreso lentamente a la estancia. El yeso de mi pie había sido removido y una venda reemplazaba su lugar. Observo el lugar en busca de algún movimiento que me indicara que Harry estaría por algún lado.

¿Dónde se metió?

Le había pedido que me esperase fuera de la sala, pero al terminar mi terapia sólo me había encontrado con una pila de asientos azules vacíos.

He tenido que venir caminando ya que no tenía dinero para transportarme hacia allá, mi pie dolía un poco y podría jurar que se había hinchado. Cuando lo viera le gritaría por ser un imbécil y dejarme a mi suerte con un pie y brazos en malas condiciones.

Avanzo sobre el piso de madera cerrando la puerta tras de mí, me siento incómoda por alguna razón. Mi cuerpo entero se había puesto tenso a medida que avanzo lentamente hacia la cocina, escucho un ruido desde aquel lugar e intuyo que debe seguir pegado a aquel maldito aparato.

De pronto, me detengo. Un grito hace que me paralizara de pies a cabeza, los latidos de mi corazón se disparan y los temblores comienzan a hacerse notables.

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