Mira, se me brota el hueso

1K 56 11
                                    

Bueno, aquí les traigo la segunda parte que es la razón por la cual decidí escribir estos one shots, me pareció raro que nadie lo haya hecho así que decidí hacerlo yo, espero les guste!

- Narra María José -

Había pasado ya tres semanas sin mi mujer, después de volver a compartir todos los días con ella no soportaba estar en países diferentes, sabia lo complicado que podía llegar a ser sacar de nuevo los pasaportes (que por alguna razón parecen haber desaparecido de la faz de la tierra) pero ya no me importaba, solo me importaba ella, quería verla, la extrañaba.

Había sido un largo vuelo pero al fin llegamos, cada minuto sin ella se sentía como una eternidad, si, a pesar de lo intensa que puede llegar a ser mi mujer.

Nos había recogido en el aeropuerto, cuando llegamos nos esperaba con una gran sonrisa que me llenaba el corazón y nos saludamos de beso, sin importar que el aeropuerto estaba lleno de gente que nos observaba como si hiciéramos algo malo a lo cual mi hijo dijo:

- Si, son mis mamás.

Ya habíamos llegado a la casa, veníamos conversando de los inconvenientes que tuve con los tramites del pasaporte.

- Y además de lidiar con las gilipolleces de siempre para sacar el pasaporte, además tenia que demostrar que Bruno era mi hijo, digo... ¿ya que queréis? ¿una prueba de paternidad o que?

- No, no, lo bueno es que ya estas aquí - dijo - gracias por hacer ese tramite, prin-ce-sa.

Paulina no era de esas personas que decían cosas cariñosas de ese tipo regularmente, bueno, al menos no conmigo, y el hecho de que fuera algo poco regular hacia que estos gestos resultaran mas bonitos y especiales.

Habían pasado algunos minutos, ya nos encontrábamos en su cuarto, yo estaba guardando mi equipaje, estaba guardando una cajita en la que guardaba mis juguetes o bueno, nuestros juguetes. Ella se dio cuenta, claro que reconocía la caja.

- ¿Todo eso traías en la bolsa de mano?

- Claro que si, es que si la dejo en la maleta y me la pierden me muero, vamos.

- ¿No te estas tomando más hormonas de las recomendadas? - dijo algo preocupada-.

No lo estaba haciendo pero si era cierto que las hormonas hacían que estuviera más caliente de lo normal y eso ya es mucho que decir pero claro que no iba a dejar este momento pasar.

- ¿Por que? ¿Me notas algo diferente o que?- le dije susurrando mientras le besaba el cuello- Paulina de la Mora.

- María José.

ya tenia su mano en mi pecho y mis pezones ya estaban erectos por el simple roce.

- Mira, que se me brota el hueso.

Le dije esto debido a algo que me había dicho que me hizo enojar mientras teníamos una pequeña discusión hace un rato, tenia que usarlo a mi favor, ella no podía ganar.

En respuesta a esto paso su lengua por "mi hueso" y dijo:

- ¿Ah si?

Toco mi miembro, que ya estaba completamente duro

- Muestramelo

- Que rapida eres, Paulina de la mora

Le dije y comencé a besarla, ella abrió su boca para mi mientras ponía sus manos en mi cuello, metí mi lengua en su boca y ella la saboreo con la suya, compartimos un beso largo y apasionado pero nos separamos por que nos faltaba el oxigeno, ella no perdió tiempo y comenzó a desabotonar mi blusa, me la quito y yo le quite el suéter que traía
puesto para luego desabotonar la camisa que traía debajo. Paulina tomo mi cinturón y lo desabrocho ágilmente, mi pantalón era bastante holgado así que cayó fácilmente, quede solo en mis bragas y ella me recostó en la cama, como me ponía cuando ella estaba al mando,  me dio unos tiernos besos en el abdomen para bajar mis bragas despacio y quitármelas por los pies, lo tomo con una de sus manos y comenzó a masturbarme, fuertes suspiros salían de mi boca, esta mujer hacia que me volviera loca, pero se detuvo y yo simplemente la mire con confusión.

- Esperame princesa, voy por algo.

Se levantó de la cama y fue y abrió nuestra cajita para sacar un pequeño vibrador, volvió a la cama y lo introdujo en mi para recostarse a mi lado y besarme la mejilla mientras seguía con lo que comenzó, iba de arriba a abajo cada vez más rápido y yo no podía parar de gemir su nombre.

Algo era cierto y es de que a pesar de que las hormonas hacían que estuviera caliente todo el tiempo también hacían que venirme fuera más difícil, así que paulina paro lo que estaba haciendo para sentarse sobre mi, yo puse mis manos en sus senos acariciándolos mientras ella se mecia sobre mi, pellizcaba sus pezones mientras ella solo  gemía, ya de tan bien que lo estábamos pasando olvido que la casa estaba llena de gente, pero, la verdad no nos importaba.

Mientras ella seguía me senté para tomarla firmemente por la espalda y me levante estando aun dentro de ella, la puse contra la pared y la bese mientras seguía con mis arremetidas, que eran lentas pero profundas.

- Hazlo más rápido.

- ¿No te basta? - sabia que esto probablemente la haría enojar pero me gustaba jugar con ella -.

- Que lo hagas más rápido te digo. - Me observo enojada y yo no pude evitar reír -.

así que le obedecí, lo hice mucho más rápido y ella solo gritaba, hasta que ya ninguna de las dos pudo más y terminamos al mismo tiempo, gloriosamente, solo nos mirábamos fijamente a los ojos respirando de forma agitada en la boca de la otra.

Ya estábamos acostadas en la cama, estábamos sudadas y exhaustas, ella se encontraba debajo de mi brazo mientras yo le acariciaba el abdomen y ella a mi el cabello.

- Te extrañe.

- Yo también a ti cariño - le bese la frente.

- Ya me hacia falta alguien aquí con más de dos dedos de frente, mis hermanos definitivamente son la tonta y la más tonta y aparte de eso mi papá esta con esa secta, parece que tendré que recuperar yo sola la floreria.

- ¿Así que sigues con eso? pasa pagina paulina, no vas a poder seguir con tu vida si solo enfocas tu mente en esto, que la verdad, parece imposible con el precio que le puso la chuquis.

- Y tu sigues tratando de convencerme de que no lo haga, estoy tratando de honrar la memoria de mi mamá, ¿que no lo entiendes?

- No es eso mi amor...- le acaricie el brazo-.

No me dejo continuar y se levantó molesta.

- Ni al caso contigo - dijo y se metió a bañarse asegurándose de cerrar la puerta con candado para que yo no intentara entrar -.

Ni que hacerle, Paulina era una cabezota y la verdad es que yo la amaba así.

pero yo te amo » majolina one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora