Cap 1

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En estos momentos me encuentro en una casa, que al parecer abandonaron hace poco, ya que el jardín no se ve tan mal. Llevo unas maletas que han tirado mis padres por la ventana del coche antes de abandonarme, a menudo lloraría, pero si soy sincera, esto era algo que me esperaba desde hace mucho.

No me molestó en recoger las maletas que se encuentran abiertas por el golpe fuerte que le ha dado mi padre al tirarlas.

No me entretengo mucho más y voy hacia la puerta de la que parece una pequeña y acogedora casa, llamo al timbre, nadie contesta...

Después de un rato insistiendo decido intentar abrirla, pero termina derrumbándose.

Entro en la casa, todo está muy oscuro, con la luz que entra de la puerta consigo ver un pasillo estrecho y apenas unos pasos más adelante se encuentra el comedor, del que sale una pequeña luz, ¿Es cosa mía o antes no estaba? No le presto mucha atención, sigo mi camino hasta llegar a la ventana para poder abrirla, estaba tan vieja y destrozada que cuando intento subirla se viene abajo. Ahora creo que hay demasiada luz, así que me doy la vuelta decidida a ir a por mis maletas, pero cuando lo hago me quedo perpleja, hay un chico sentado en el destrozado sofá que se encuentra frente a la ventana.

Está mirando al suelo, con los codos apilados en sus rodillas sujetando su cabeza, me sorprende que no se haya percatado de mi presencia por el estruendo que he armado con la puerta y ahora con la ventana.

Desde donde estoy parece mayor que yo, diría que aparenta unos 20, creo que es alto o que el sofá es bastante pequeño, debe tener buen cuerpo, se ve atractivo.

Me quedo unos minutos hipnotizada, pero otro golpe de la ventana me despierta de mi fantasía y esta vez el chico levanta la cabeza.

Tiene los ojos azules... Me gustan... Le miro, las facciones de su cara parecen ser maduras, es mayor que yo, pero tampoco pienso que mucho. Tiene el pelo desordenado y la piel blanca como el marfil, parece un muerto. Uno muy atractivo. Espero que diga algo, lo que sea. Pero antes de seguir con mi fantasía, la ventana se terminó de caer y esta vez sí me asustó. Pego un salto a causa de esto, casi me da un infarto.

—¿Eres idiota o qué? Por algo las ventanas estaban cerradas— Esto me ha despertado de la fantasía, pero tengo que admitir que su voz es seductora. Vale, concentrado.

—¡¿Perdona? Esta casa parece una cueva, me lo deberías de agradecer— digo sin pensar.

—Te lo agradeceré cuando la arregles— En otras palabras, NUNCA

—Pues sigue esperando, voy a por mis maletas, me voy a quedar aquí hasta que consiga dinero para perderte de vista, no sé cómo me he podido quedar tan embobada mirando a este imbécil— Esto último lo dije más bajo, pero creo que si lo llego a escuchar

—No sé si eso era un cumplido o un insulto, pero búscate otro sitio para morir. Ni que me fuera a quedar de por vida, ¿este tío solo escucha lo que le interesa o qué? —si te vas a suicidar vete a otro sitio, no quiero que me persiga un fantasma toda la noche.—. No sé por qué lo sigo escuchando, solo lo ignoro y voy a por mis maletas.

—Mira, paso de ti, voy por mis maletas-. Me doy la vuelta y salgo fuera a recoger la ropa que ha quedado esparcida en el césped, ya que la maleta en sí no creo que sirva de mucho. Este tío es muy raro, es guapo, eso no lo voy a negar, pero parece que no tiene nada ahí arriba.

Recojo mis cosas y vuelvo dentro.

—¡Oye tú! —Le chillo desde la puerta —. ¡¿Dónde está el dormitorio?!

—La casa no es una mansión para que grites así, y nadie ha aceptado que te quedes. — ¡¿pero este quien se ha creído?! (también es verdad que soy yo la que invade su propiedad, pero no llevo un día para que me hagan la contraria)

LoganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora