Ronda tres

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Los invitados del laberinto se preparan para una actividad especial. Un momento único donde se probarán algunos de los artefactos tecnológicos más recientes en este extraño y aburrido lugar.

Los participantes de la ronda tres serán testigos de la magia que puede haber dentro de este laberinto de cinco pisos, aproximadamente. Las paredes de este lugar se expanden y se encogen a su antojo, hasta parece que tiene vida propia...

Los adefesios preparan el quinto piso del laberinto con extinguidores y bolsas de aire extras para recibir a los seis invitados. Mientras tanto, los seis personajes comienzan a recobrar la consciencia e intentan entablar conversaciones con los otros sin éxito. La habitación en donde se alojan está diseñada para anular la voz de todo el que esté dentro de está. Pequeños orificios en la parte superior de las paredes dejan salir gases tóxicos mezclados con aceites esenciales que al ser respirados dificultan el uso de las cuerdas vocales.

Al terminar con la preparación del quinto piso, la mitad de los adefesios presentes se quedan vigilando el lugar y la otra sale en busca de los participantes. Los pasillos del quinto piso son un poco más amplios que los demás pisos, los monstruos se encaminan hacia las escaleras de piedra en una sola línea como si fueran niños de jardín de niños. Al bajar al cuarto piso cruzan el pasillo del mismo y bajan las escaleras nuevamente para llegar al tercer piso donde los participantes esperan.

Los adefesios entran a la habitación usando máscaras contra gas y un par de gafas protectoras. Los seis personajes voltean a verlos de manera instantánea y, más que miedo, sus cuerpos temblorosos reflejan la cantidad de gas que han inhalado. Uno a uno, los adefesios van guiando a los personajes fuera del lugar mientras los toman del brazo con delicadeza. Podrán verse aterradores con esos metros de más de altura y esos cuerpos gigantes pero son las creaturas más dóciles en este lugar.

Los participantes caminan casi siendo arrastrados por las creaturas gigantes por los oscuros pasillos del cuarto piso. Frente a las escaleras que llevan al quinto piso, uno de los adefesios se encarga de repartir un papel enrollado a cada uno de los personajes antes de darles el paso a continuar. Los papeles llevan escrito un número y un color que indican con quién harán equipo al momento de hacer la actividad del laberinto.

El primer personaje en llegar al quinto piso es una chica rubia de ojos verdes, al abrir su papel se encuentra con el número dos y el color gris escritos en el. El segundo personaje es un chico de complexión delgada que parece hacerce pequeño a cada paso que da, en su papel están escritos el número uno y el color rojo. El siguiente personaje camina a pasos firmes y tropieza con sus mismos pies al entrar por completo al quinto piso, su papel muestra el número tres y el color azul. Los demás personajes entran apurados por los adefesios que los guían, el tiempo en el quinto piso es limitado y mientras más rápido sea todo hay más probabilidades de que no ocurran accidentes.

Una vez que todos los participantes saben su número y color deben tomar la pulsera del color indicado y encontrar a la persona con el mismo número en su papel. Cada uno será emparejado con un personaje formando tres parejas y los colores son únicos para los seis personajes. En pares, los participantes esperan a que las puertas del salón principal sean abiertas. El aire es un poco más seco aquí que en otros pisos, tal vez es la altura o la cantidad de artefactos mecánicos y tecnológicos creando ese campo de ondas magnéticas tan extraño. No soy experto en ciencia y mucho menos en este laberinto pero se que el quinto piso es el menos seguro de todo el lugar.

Las grandes puertas dobles metálicas se abren frente al primer par de personajes y los adefesios prácticamente los empujan dentro del salón. Sosteniendo la respiración, Juliette y Andrew miran el lugar sin darse cuenta que sus manos están entrelazadas.

Skeleton Maze ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora