Mr. Tycoons Daring Wife

Capítulo 126 El amante irracional

Después de despedirse de Xiao Nai y prometerle por última vez que volvería mañana, Zhao Lifei salió de la habitación con una sonrisa feliz. Caminó ingenuamente por los pasillos, tarareando para sí misma ahora que había encontrado una compañera con la que hablar todo el día. La buena chica incluso le dio algunos bocadillos para que los llevara a su habitación, ¡lo cual fue un bonus!

Tarareó felizmente la última canción de su cantante favorito, con las manos llenas de bocadillos, sin darse cuenta de que el indignado dragón la estaba esperando. "La luna está alta, las mareas pasan, el campo de batalla está empapado en rojo..." Se cantó a sí misma, caminando hacia su habitación. Miró hacia abajo y se preguntó si a Qinqin le gustarían estos bocadillos.

"La nieve cae mientras alzo una copa por las bajas de guerra." Una voz tranquila terminó la siguiente parte para ella.

"Oh, tú también conoces la canción..." Su voz se apagó cuando se dio cuenta de quién había terminado las letras por ella. Los bocadillos se deslizaron de sus manos, golpeando fuertemente el suelo.

Sentado junto a la ventana de su cuarto oscuro y misterioso estaba nada menos que Yang Feng. La luz de la luna que caía sobre su cara añadía un tinte fantasmagórico a su tez bronceada. Ella vio claramente sus rasgos perfectamente esculpidos.

Estaba inquietantemente plácido.

Ella tragó.

Sus ojos estaban tranquilos como las aguas antes de una tormenta y su rostro indiferente no tenía ni un atisbo de ira. Pero cuando ella miró de cerca, su afilada mandíbula estaba apretada.

Ella tembló cuando sus ojos cayeron sobre ella. Mirarlo era como estar desnudo en una tormenta de nieve donde la nieve se sentía como fragmentos de hielo clavados en su piel. A ella no le gustaba la forma en que él la miraba, el habitual calor y adoración que tenía en sus ojos por ella se había evaporado más rápido que el sol detrás de las nubes de trueno.

Ella quiso dar un paso atrás y salir corriendo de la habitación, pero sus ojos eran tan intimidantes que la mantenían paralizada en el acto. Un escalofrío le recorrió la espalda por la forma en que la miraba. Era alarmante verlo así, especialmente cuando siempre la trataba tan bien.

Ella tragó nerviosamente, sus ojos temblaban cuando él se puso de pie. Sus manos estaban metidas en su bolsillo delantero y sus labios se dibujaban en una fina línea. Incluso con la distancia entre ellos, ella podía sentir la intención asesina que lo rodeaba.

Su sangre se drenó cuando él comenzó a caminar lentamente hacia ella. Su corazón golpeaba erráticamente dentro de su pecho, aumentando la velocidad con cada segundo que pasaba.

Se dio la vuelta, lista para correr, pero la puerta que estaba detrás de ella se cerró de golpe, encerrándola en esta habitación oscura e inquietante. ¡¿Por qué se apagaron las luces?!

Con nada más que la luz de la luna como su guía, Zhao Lifei apenas podía ver sus alrededores. Lo único que podía ver era a Yang Feng acechándola, como lo haría un depredador con su presa. No podía pensar con claridad con lo rápido que latía su corazón.

"Seguro que tienes muchas agallas causando daño a mis hombres, haciéndoles correr en círculos, dejando esta habitación, y no volviendo en todo el día. También perdiste tu medicina diaria". Su voz mortalmente tranquila estaba empezando a asustarla. Sintió que el pelo de su piel se elevaba con su tono de voz. Era tan siniestro que finalmente entendió por qué él gobernaba el Inframundo. Su aura, su presencia, ordenaba su obediencia.

"No lo entiendes, odio el hospital..."

"Muerde". Dijiste esas palabras, ¿no es así?"

"No tienes derecho a estar enfadado conmigo." Ella lo miró nerviosamente.