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La música sonaba por todo el recinto y hacía un sonoro estruendo, el lugar estaba repleto por muchas personas, era evidente que habían ido a pasar un buen rato.

En la entrada del lugar se abrió camino para dar paso a tres poderosas presencias que robaban el aliento a quien sea que los mirase; tres hermanos, hijos del mayor magnate de la ciudad.

Aquellos hermanos tenían una poderosa reputación en toda la ciudad, cada uno destacando a su manera y peculiar forma de ser. No había nadie quien se atreviera a lastimarlos o siquiera hacerles frente, contradecirlos implicaba riesgos... Su vida podría quedar reducida a nada en cuestión de segundos.

Zeus, el hermano menor, reconocido por su encanto y simpatía con las mujeres caminaba con confianza hasta la mesa reservada para ellos. Las luces de colores impedían apreciar la genética generosa que poseía: su rostro blanco como la porcelana, ojos verdes y profundos, sus cabellos castaños y un cuerpo bien formado producto del deporte.

Atrás de él lo seguía Poseidon, aquel que poseía una carisma nata y un poder de persuasión increíble para la realización de negocios o tratos. Sus ojos verdes se perdieron en las luces azules y púrpuras, mientras que el negro de su cabello se distorsionaba de igual forma. Con una sonrisa confiada tomó asiento a lado de su hermano menor, abriendo un poco la cazadora que traía puesta y mostrando lo atlético de su complexión física.

El último en tomar asiento fue Hades, el hermano mayor de los tres. Caracterizado por su seriedad e intelecto sobre diversos temas, era el más peligroso y enigmático de los tres por la gran astucia y soberbia del que era dueño, sus ojos esmeraldas escondían mil secretos y su mirada casi nunca pintaba una sonrisa sincera o alegre. Con desinterés tomó asiento a lado de sus hermanos

-No entiendo qué hacemos aquí- el mayor dijo escuetamente mientras se arremangaba las mangas de su camisa negra hasta los codos mostrando la tinta negra que se esparcía celosamente sobre la piel blanca como la nieve y dándole forma a numerosos tatuajes sobre el antebrazo izquierdo

-Eres un aburrido, Hades. Debes salir más... Conocer los placeres que ofrece la vida- explicó brevemente Zeus mientras pedía tres tragos de licor que enseguida fueron servidos en su mesa

-¿A esto consideras divertido? ¿Embriagarte y enredarte con mujeres?- Hades se acomodó sus anteojos y en respuesta Zeus y Poseidon sonrieron mostrando su complicidad

Zeus tomó el vaso de whisky y dió un sorbo, con la mirada analizaba el lugar, seguramente en busca de su próxima presa de la noche

-Sólo relájate. Trabajas mucho... Sabemos que eres el próximo heredero, pero tanto esfuerzo te va a enfermar- Poseidon también tomó de su vaso

-Ustedes me enferman- el mayor chasqueó la lengua y resignado le dió un sorbo al licor, encontrando consuelo en su sabor

-¿Has considerado cambiar el color de tu cabello? No te favorece, te hace lucir más pálido- Zeus lo señaló y preguntó con interés haciendo énfasis en el peculiar color platinado de la cabellera y en la blanca piel del mayor

-Si lo cambio es probable que me termine pareciendo a alguno de ustedes- dijo con burla -Eso sería patético- dió otro sorbo a su trago sin prestarle mucha atención a sus hermanos

-¿Crees que somos patéticos? - Hades asintió y se encogió de hombros- ¿Cómo te ha funcionado eso? - preguntó con malicia el menor de los tres

-¿Qué?- sus ojos esmeraldas se clavaron en los verdes de Zeus

-Tu complejo de superioridad-

-La gente cree que soy un idiota... Sin embargo, creo que dar algo por hecho es aún más idiota- se acomodó los anteojos y recargó su espalda en el asiento

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora