III

3.3K 231 16
                                    

Oscuridad

Una cruel broma del destino que se atreve a jugar con un joven corazón, le quita una inocencia natural y las ganas de vivir.

Cómo flor que se marchita, el alma se debilita y por cada pétalo que cae es un sueño roto, una ilusión pisoteada y un deseo que se desvanece con el tiempo...

Las llamas del corazón se apagan lentamente, pierden su fuerza y se cansan de arder en la eterna oscuridad. Le da paso a la tristeza que lo arrolla, lo encadena, lo hace esclavo y lo pone sumiso ante el dolor.

Cómo fuertes ramas secas que lo encierran, incapaz de buscar una salida porque al tocar una espina diferente duele peor que la anterior. Lo deja en soledad, se aísla sin siquiera saberlo, todo se hace lejano, distante, tan ajeno a él... Llora, pero nadie lo escucha; grita, pero su eco lo ha abandonado, lucha, pero el platinado ya no tiene fuerzas.

Entonces... Se hunde en ese mar profundo, cayendo cada vez más abajo, con la incapacidad de poder nadar hacia la superficie, Hades sabe que le falta el aire y que el ambiente está cada vez más pesado sobre sus hombros, se refugia en el alcohol y el tabaco con la esperanza de matar sus penas internas.

La cabeza le quiere explotar, sus culpas lo atormentan, sus miedos le susurran al oído, sus frustraciones lo abrazan y sus remordimientos no lo liberan ni lo quieren dejar ir.

¿En qué momento todo se fue al carajo? El platinado quiere dormir, el cansancio está matando a su cuerpo y sabe que el único lugar donde está bien es en las tierras de Morfeo, pero la oscuridad ya alcanzó sus sueños, los invadió y ahora no son son más que amargos momentos.

Ni en sus sueños es feliz, una pesadilla y un mismo tema lo atormentan cada noche sin falta ni piedad recordando lo miserable de su existencia.

Su mente lo traiciona, juega con él y se burla de su debilidad, empieza a creer en el fatalismo cuando se quebró su pilar más importante y acabó ganado una condena más.

Su pasado lo invade sin culpa alguna, lenta y dolorosamente se vuelve su peor y principal verdugo. Él sabe que ya no puede más, que ya dió toda su vitalidad y todo lo que tenía su ser y aún así no fue suficiente para tener fortaleza y seguir.

Finge tener luz propia para proteger a quienes le importan, no obstante esas llamas llenas de falacia queman y lastiman a los que lo rodean. Se da cuenta que ahora hace mierda a quien se acerque, su frialdad hiere y sus palabras caen tal cual veneno. Se asusta al descubrirlo y empieza a construir barreras para que nadie se atreva a entrar a su infierno.

Hades ya no sabe cómo continuar, pero lo hace por mero instinto.

Trata de llenar su corazón con palabras vacías y carentes de sinceridad, ¿Quién querría iluminar su oscuridad? ¿Quién querría estar con alguien realmente jodido?

Oculta los lamentos de su alma por temor a que lo lastimen, se niega a reconocerlo, pero aún espera que alguien arregle ese "algo" que se rompió hace mucho tiempo... Sólo anhela ser feliz aunque sea una vez más.

Sus ojos ya no brillan más, ni muestran esa calidez perdida, ahora sólo hay odio, odio dirigido hacia una persona, odio hacia él por joderse y perderse en el camino.

*
*

El sonido del celular lo sacó de sus pensamientos, Hades decidió regresar dentro de su habitación mientras le daba otra calada al cigarro.

Observó el celular e hizo una mueca, tal vez no era el mejor momento para lidiar con él, sin embargo decidió contestar sólo por no preocupar

-¿Ocurre algo?- preguntó el platinado

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora