Cómo me convertí en el esclavo sexual de Yuri-Kun

Capitulo Uno

En ese momento, desearía no haber abierto aquella puerta.

—¡Ngh... Akemi~! –Gemía un estudiante alto de cabellos rubios, mientras era penetrado por otro mucho más pequeño que él, aferrándose a la mesa del salón–

—No seas tan ruidoso, Itome~ –El dichoso "Akemi" tomó al contrario del cabello, penetrandolo más fuerte y moviéndose más rápido–

Abrí mi boca, impactado por la escena que estaba presenciando en ese instante.

No sabía que hacer.

No podía moverme y tampoco podía hablar. La única opción que tenía era resignarme a ver cómo esos dos tenían relaciones en frente mío.

Pasó un tiempo para que se dieran cuenta de que estaba ahí, y en ese momento un silencio incómodo invadió la sala.

Duramos un rato así, hasta que uno de los que estaban ahí decidió romperlo.

—¿Intruso...? –Me miró con una sonrisa, inclinando su cabeza– ¡Intruso!

Sentí como las miradas de los otros se clavaban en mi, y pude notar como mis piernas comenzaban a debilitarse.

Cerré la puerta con fuerza, antes de que uno de ellos pudiera hablar.

Quería correr y buscar ayuda, pero no podía moverme, y por más que intentaba mi cuerpo no parecía responder, como si mi cerebro se hubiera desconectado de este.

Me asusté al escuchar la puerta abrirse, esperando que pasara lo peor.

Aunque todo se dió de una manera completamente diferente...

—¿¡Acaso eres un nuevo miembro!? –Me dijo el mismo tipo de antes con una enorme sonrisa. Se veía mucho más arreglado y limpio que hace unos segundos...–

—D-De hecho yo-

—¡No seas tímido! –Me miró por un momento, y luego tomó mi brazo para meterme al salón y cerrar la puerta nuevamente– ¡Oigan, tenemos un nuevo miembro!

Intenté hablar, pero cada vez que lo hacía era ignorado por todos.

—¡Bienvenido seas al Yarichin Bitch Club!

—¿Bienvenido al que del que? –Retrocedí para dirigirme a la puerta, pensando que me había equivocado de club, fallando en el proceso–

—¡Estás en el club correcto! –Mencionó de la nada, como si hubiera leído mis pensamientos– ¡Este es el Club de Fotografía!

—Um... ¿Estás seguro de eso...? –Intenté seguirle el juego, pensando que así me dejaría ir. Un club de fotografía normal no tendría sexo en pleno receso, después de todo...–

—¡Por supuesto que sí! Soy el presidente, después de todo. –Se acomodó la corbata, y siguió hablando– Su otro nombre sería el Yarichin ☆ Bitch Club, cómo dije antes.

—¿...El que del que...?

—¡Estoy encantado de conocerte! –Me ignoró por segunda vez, tomándome de la mano– ¡Jamás pensé que se nos iban a unir a tener tres estudiantes de intercambio en un solo año!