Querida Satine

Querida Satine, pase lo que pase

Querida Satine:

La primera vez que nos vimos sentí que ya te había conocido antes.

Cuando moriste entre mis brazos sentí que aquello ya había ocurrido, hace mucho tiempo, y la herida que creía curada se abrió de nuevo. Verte morir fue duro, vivir sabiendo que tú ya no estás aquí y no pude ayudarte... no sé si es algo que seré capaz de superar.

Una vez te dije que, si me lo hubieras pedido, habría abandonado la orden. Lo que no te dije es que esa idea jamás cambió. Cuando me dijiste que siempre me habías amado ni siquiera tuve la fuerza para responderte y decirte que siempre te he atesorado en mi corazón, y que seguiré haciéndolo; que te amé con locura y en silencio durante todos estos años, que han sido una lucha constante contra mis propios sentimientos. Ahora esa lucha sigue, pero cargada de culpa y dolor.

Debo mantener la mente y las emociones serenas. Me está constando más que nunca. Son muchas las cosas que están pasando, y no me veo capaz de lidiar con ello, de gestionarlo. Por eso te escribo esta carta, porque tengo la esperanza de que mis palabras lleguen a ti de algún modo y ambos podamos separarnos en paz, con todo dicho.

Aún hay muchas cosas sobre la fuerza que no sabemos pero creo firmemente que tú y yo, de algún modo, siempre estaremos conectados por ella. Albergo la esperanza, tal vez vana, de que dentro de muchos años, volvamos a encontrarnos y, con un poco de suerte, nuestro destino será más afortunado. Mientras tanto lo único que puedo hacer es seguir amándote, y lo haré hasta el día de mi muerte, tal y como lo hiciste tú; porque todo en la vida está sujeto a cambio, menos mis sentimientos por ti.

Ahora tu recuerdo duele, y sé que con el tiempo cesará, pero pase lo que pase yo siempre te ameré, mi querida duquesa. Mi Satine.

Siempre tuyo:

Obi-Wan Kenobi