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0.5



Creo que nunca le he dicho esto a alguien...

—¡Por aquí! ¡necesitamos apoyo!

Pero llevo a cuestas el sueño frustrado de un adolescente de quince años. Un sueño quizás infantil, que no tuviera un futuro como el de ahora y que quizás me hubiera quitado mi estabilidad emocional. Pero era mi sueño al fin y al cabo.

— ¿Qué sucedió? ¿Algún historial?

— Ningún historial, Doctor Jeon. Tuvo un accidente de tráfico, la anestesia no está haciendo efecto y necesitamos llevarla a quirófano de inmediato o...

Los ojos del interno bajan a la pierna ensangrentada de la mujer en la camilla que soltaba alaridos histéricos. Sin detener el ritmo, seguimos corriendo al ascensor.

— Entendido. ¿Cuándo y cuánto le pusieron...?

No recuerdo exactamente cuando empecé a aprenderme estos conceptos que a mi yo adolescente nunca le habían interesado en su vida, siendo que era hijo de uno de los mejores cirujanos de Corea del Sur y hermano menor del futuro neurólogo que prometía demasiado. Si me hubieran preguntado sobre las dosis de anestesia y qué se tenía que hacer cuando un paciente de urgencia no la agarraba mi respuesta hubiera sido nula, pero si me hubieran preguntado cómo hacer un falsete que pasa como voz de cabeza definitivamente me ibas a tener media hora explicando y unos minutos de ensayo para mostrarte como debe sonar un buen falsete.

Sí. El sueño del menor de la familia Jeon no era seguir el camino de la medicina sino el de la música.

— Hey, Jungkook, ¿qué mierda haces aquí? —su voz petulante se hace lado entre mis pensamientos, lo encaro dejando de lavar mis manos. A pesar de su tono irrespetuoso su rostro demostraba verdadera confusión e intriga, hasta que una sonrisa socarrona crece en su rostro— No necesitamos que cambies los pañales ni mucho menos que le des un dulce por su excelente comportamiento.

Empujo mi lengua contra mi mejilla, tratando de no sucumbir a mis instintos de darle el golpe que se lleva ganando desde que se transfirió aquí. Sin embargo, yo no soy el que debe una explicación.

— Eso mismo debería preguntar yo, tus internos necesitaban ayuda y no te encontrabas por ningún lado siendo esta tu aérea y tú turno —cruzo mis brazos, no quitando de vista sus orbes oscuros— Supongo que la sala de aseo es mucho mas entretenida que salvar vidas, ¿no?

Su piel bronceada se vuelve un tono pálido y sus ojos rasgados se abren en pánico, dejando esa postura superior que tanto me irrita. Bufo una pequeña risa y negando me saco la mascarilla, botándola junto las toallas desechables.

— Puede que me haya especializado en obstetricia pero mi título de médico general y mi permiso para operar no van a desaparecer por eso —Hago una pequeña reverencia justo cuando una de las enfermeras entra. Su mirada va entre los dos confundida pero se notaba la urgencia de que se entrara pronto a realizar la cirugía— Dejaré la operación en sus manos entonces, Doctor Kwom.

Con otra reverencia hacia la chica y agarrando mi abrigo, me largo de la sala.

Hay veces que me pregunto si en el mundo de la música también habrán patanes como Kwom, me gustaría creer que no pero Yoongi hyung dice que el mundo está lleno de imbéciles. Y él es lo mas parecido a un músico así que mis esperanzas ya van por el -10.

Mis pisadas hacen eco en mi mente dejando en segundo plano el característico bullicio de urgencias en mañana. Odiaba tener que seguir haciendo turnos nocturnos siendo que hace un año dejé de ser un interno pero era algo que no le podía negar a mi padre, y aunque pudiera eso arruinaría la imagen familiar perfecta de los doctores Jeon. Sí, estoy jodido por donde lo mires.