°·chapter one·°

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➖HOLA PEQUEÑO, ¿COMO DESPERTASTE HOY? ¿COMO VA LA PATA?. ➖ LE HABLÓ ISABELLE CON DULZURA A UN POTRO QUE LLEVABA LA PATA INYESADA.

Obviamente el Potro no respondió, pero si relincho. Isabelle le acarició el hocico para después llenarle el plato con comida para caballos. Isabelle amaba su trabajo, le encantaba los animales pero sus favoritos siempre fueron los caballos. ¿la razón? Bueno, por que siempre que su padre tenía tiempo iban los dos a cabalgar, claro que desde que hace dos años que su padre murió no volvió a montar un caballo, pero eso no quitó su amor por ellos.

La familia que la habían contratado eran muy amable con ella, la trataban como una más. En especial la pequeña Rose de cinco años, quien la miraba como si fuera su hermana mayor, su modelo a seguir. Isabelle adoraba pasar tiempo con la pequeña ya que nunca tuvo hermanos menores, ¡ni siquiera mayores! Y cuando ella tenía catorce años le preguntó a su madre si podía tener un hermanito, su madre sólo la miró con desprecio para luego retirarse de la sala. Ella nunca lo comprendió, ni en ese tiempo y ni en el actual.

Isabelle se fijó en la hora y vio que eran las cinco con treinta minutos, así que con algo de prisa salió del establo para tomar sus cosas, despedirse de la familia Ordóñez e irse a su casa. Sabía que no iba a poder llegar antes de la seis, ya que para llegar a su casa se tenía que cruzar una gran cantidad de campos. Su madre se iba a  molestar con ella, eso lo sabía pero se le había pasado el tiempo con Rose jugando a las princesas. Eso no era excusa que valga para su madre, así que se preparó mentalmente para el regaño.






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Eran las siete y treinta de la tarde y Isabelle iba molesta por no haber tomado el atajo que siempre usaba. Imaginó que su madre ya había apagado todas las luces de la casa ya que ella siempre dice que a las siete era momento de dormir por que al día siguiente tenían que estar super descansadas, y no iba a permitir que su hija tuviera ojeras por la falta de sueño. Si embargo su sorpresa fue al ver toda las luces de su casa encendidas,  un carruaje afuera, un Minotauro al pie de la puerta vigilando Aslan sabe que.

Con cautela se acercó a su hogar, cuando se dispuso a entrar el Minotauro se le puso en él camino.

➖ ¿Que es lo que le sucede? Le exijo que me dejen entrar. Este es mi hogar. ➖ Isabelle no estaba molesta, sino más bien confundida al no saber que pasaba.

Sin embargo el Minotauro hizo oídos sordos y no se movió del lugar. Isabelle iba a empezar a gritar de la frustración cuando una voz que te llenaba de paz y escalofríos se escuchó.

➖ Déjala pasar, Caius. La joven tiene razón, esta es su
hogar. ➖ la joven buscó al dueño de la voz y se sorprendió al ver a Aslan en frente de ella.

El Minotauro la dejó pasar con un leve enrojecimiento en su rostro.

Al pasar a la sala sintió que su boca casi toca el piso al ver a cuatro personas ahí. Dos chicos y dos chicas. El mayor de los chicos era Rubio y no pasaba de los veintiún años. El otro chico era peli negro y no pasaba de los diecisiete. La mayor de las chicas era hermosa, muy hermosa. Parecía que con su belleza cautivaba a cualquier hombre que deseaba. Parecía que era de su edad. La menor de todos tendría unos catorce años y era super adorable, su rostro denotaba amabilidad e ingenuidad.

Ψ Golden Age ΨDonde viven las historias. Descúbrelo ahora