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Hoy es sábado, hoy Taehyung tendría una cita con su crush, con la persona por la cual siente mariposas flotar en su estómago y que colorea su mundo con solo respirar.

Y Jimin, por supuesto, como el amigo tan genial que es estaba ayudándolo a tranquilizar sus nervios y escoger su atuendo para la ocasión.

—Idiota, ¿por qué no usas la camisa vino de Vang Goh, junto con tus jeans negros, tus lentes y tus tenis negras? Te verias bien. —Comentó Jimin.

Taehyung pareció pensarlo unos segundos. —Tienes razón. —Se dirigió al baño, dejando a su amigo solo en la habitación.

Éste aprovechó para buscar la ropa que su amigo usaría, poniéndola sobre la cama y alistando su bolso; añadiendo casi que todos sus ahorros en efectivo, su carnet de identificación, un pequeño frasco de colonia, chicles y una tela pequeña para limpiar sus lentes. Pensaba que eran cosas que Taehyung podría llegar a necesitar.

El más alto salió de la ducha luego de quince minutos, entró de nuevo a su cuarto. —Gracias, Jiminnie. —Comenzó a vestirse, mientras que Park estaba consumido en su celular. —¿Qué hora es?

—Son las dos y cuarenta, apúrate.

Kim finalizó de vestirse. —¿Qué tal? —Preguntó modelando.

—¡Me encanta! —Jimin se levantó, se dirigió hacia él y peinó su cabello. —Ahora ve a lavarte los dientes.

Fue y cepilló sus dientes con rapidez, llegó su mejor amigo, pasó un lápiz labial cuyo color era un rosa muy sutil por sus labios. —Listo.—Removió un poco que había quedado en la comisura de sus labios, acto seguido tomó un frasco de la misma colonia que metió en su bolso, puso un poco en su mano y la pasó por el cuello contrario y detrás de sus orejas. —Ya estás listo.

El menor, por tan solo unos meses, sonrió nervioso. —Gracias por tu ayuda, estoy muy emocionado y nervioso a la vez. —Comentó, abrazandolo.

—Lo harás bien.

Su atmósfera llegó a su fin cuando escucharon al timbre de la casa sonar, se separaron y soltaron un chillido que capturaba toda su emoción. Fueron juntos, pero era tarde, ya Suho había abierto la puerta. —¿Cuales son tus intenciones con mi sobrino, mocoso?

—Pues, uh... —Jungkook estaba realmente nervioso.

—¡Déjalo! —Comentó Jimin, llegando a la entrada. —¡Hola Kookie!

—Hola hyung, ¿y Tae hyung?

El mayor sonrió. —Aparecerá pronto. —Respondió, llevándose lejos al tío del antes mencionado.

Taehyung llegó, quedando impactado por lo que tenía en frente, confirmando que si, se había enamorado profundamente de Jeon Jungkook.

Su camisa blanca, con esa jacket azul de mezclilla, esos jeans negros y sus botas timberland combinaban a la perfección con su hermoso cabello y esas galaxias que guardaba sus ojos. —Te ves hermoso hoy, hyung.

—Tú también te ves hermoso, Kookie.

—¿Vamos?

—Si.

Salieron de casa juntos, Taehyung cerró la puerta atrás de él, el menor tomó la mano del mayor y entrelazaron sus dedos.

Comenzaron a caminar hasta una pizzería, tomaron una mesa algo alejados del resto, tomaron asiento y comenzaron a revisar el menú. —¿Qué pizza te gusta? —Preguntó el menor.

—Hawaiana, ¿a ti?

—¡Me encanta! Creí ser la única persona que comía pizza con piña.

Ambos rieron, la mecera llegó y tomaron su orden, hablaban de temas triviales hasta que llegó la chica, dejó la comida en la mesa y ellos comenzaron a saborear esa deliciosa pizza que habían pedido.

—Si pudieras ser un avestruz por un día, ¿qué harías? —Preguntó el mayor.

—Vaya, has cambiado mi vida con esa pregunta, hyung. —El contrario soltó una risa tonta. —Creo que le picaria los ojos a todos. ¿Tú?

—Lo mismo, Kookie. —Devolvió la risa.

Terminaron de comer, Jungkook se adelantó a pagar la cuenta porque fue él quien invitó, volvieron a unir sus manos. —¿Te parece si vamos a un arcade qué está cerca de acá? —Preguntó Taehyung. —¡Yo pago las fichas!

—Iría hasta el fin del mundo si es contigo, hyung. —Depositó un beso en su mejilla, haciendo que el contrario luciera su sonrisa cuadrada y se sonrojara.

Llegaron al lugar acordado. —Veinte fichas por favor. —Pidió Taehyung, sacando su dinero, el recepcionista con cara de pocos amigos se las entregó y él pagó. Tomó las fichas y fueron a jugar.

Jungkook ganaba la mayoría de juegos, causando risas y juguetones insultos entre el par que se encontraban ahí. Llegaron a una especie de juego, donde si tirabas todas las botellas, te daban un muñeco de peluche.

—¡Mira Tae! Ese oso es muy bonito. —Comentó el menor, emocionado, tomando el brazo de su acompañante y señalando con su dedo el peluche.

—¿Lo quieres?

—¡Si!

Taehyung utilizó la primera de las dos fichas que quedaban, la introdujo al juego e hizo su primer intento. —¡Casi! —Gritó al ver que solo quedaban dos botellas que no fueron derribadas. Metió la segunda ficha, y en este tiro consiguió botarlas todas, ganando el oso y dandoselo al menor.

—¡Eres el mejor, gracias, te amo! —Abrazó al peluche y luego, al mayor.

Salieron de ahí, el atardecer estaba comenzando a avecinarse, caminaron a un parque, había un puesto de helados, compraron cada uno un helado y se fueron a una banca cercana. Comenzaron a comer mientras se decían cosas lindas mutuamente.

Jungkook puso su cabeza en el hombro del mayor, haciendo que ambos corazones latieran con fuerza y sincronización. —Te amo.

—Te amo más, Kookie.

Cuando ya se estaba poniendo oscuro, Jungkook fue con Taehyung a su casa, quería asegurarse que su hyung llegara bien.

—Gracias por este día cariño, eres el mejor. —Dijo Taehyung, al frente de su casa, con su mirada fija en el menor.

—Gracias a ti. —El contrario comenzó a cortar la distancia, quedando a escasos centímetros con el rostro del mayor, admiró cada uno de sus detalles y su corazón revoloteo como tenía tiempo de no hacerlo.

Taehyung no podía creer lo que estaba ocurriendo, su mirada iba de los ojos tan hermosos del menor hasta sus labios rosas los cuales eran adictivos.

Jungkook cortó la distancia, fundiendo sus labios en un lento beso correspondido. Puso ambas manos abrazando las caderas del mayor y el contrario rodeó su cuello con sus brazos.

El beso duró alrededor de un minuto, se separaron por falta de oxígeno. —Eres tan hermoso, incluso sin verte, sigues siendo una obra maestra.

Taehyung solo sintió sus mejillas arder. —Tú también eres hermoso.

Jungkook sonrió. —Deberías entrar, está haciendo frío. —Comentó.

—¡Oh, está bien! ¿Cómo te irás tú?

—Pues en taxi, hyung.

—Me avisas apenas llegues. —Abrazó al menor con fuerza, lo soltó a los segundos y entró, moviendo su mano en forma de despedida.

Dejando a un Jungkook completamente confundido con sus emociones, no entendía qué estaba ocurriendo, pero le encantaba.

▩ operación crush jjk ▩ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora