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YoonGi

Decidí quedarme con él. Dejé de ir a mi casa para poder cuidarlo parecía tener unos tres años pues era pequeño pero no hablaba mucho, cure sus heridas y vende una de las alas lastimadas lo senté en mi cama y me agaché.

–¿Cómo te llamas pequeño?– Sonreí pero tenía mucho sin hacerlo así que fue difícil.

–¿Y mi mami? –Me miro, su  habla no era tan impecable pero le entendía, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas– Se la llevaron..

–No se quien es tu mami... Perdón nene...–Lo abrace y el se soltó a llorar en mi cuello.

Me hizo compañía en mi recorrido por la catacumbas, le di una camisa de cuando yo era niño junto con mi túnica me decía cosas, a veces se le salían palabras en latín y me daba gracia porque se disculpaba

–¿Cómo te llamas? –Dije bebiendo algo de agua.

–Jeon...JungKook.– Sonrió y sus mejillas se tornaron de carmesí. Sus ojos eran grandes y brillantes, siempre me iba a recordar a un ciervo.

–Soy Min YoonGi y creo que desde ahora yo te cuidaré.– Alboroté su cabello y luego acaricie su mejilla, cuando llego la noche me quite la camisa y me recosté en mi cama, JungKook se acostó a mi lado y quedamos dormidos las plumas de sus alas me despertaban porque me daban cosquillas, le enseñe a leer y escribir, también algunos versos de la biblia aunque siempre me venían párrafos negativos sobre los no humanos, por eso evitaba mirar sus ojos, pocas veces pude notar el color miel en ellos tenían un brillo dando a dorado.

–JungKook ven a comer.– Lo llamé, estaba en el jardín y estaba probando sus alas pues ya estaban cien por ciento curadas, ya se veía de un adolescente de 16 años y apenas habían pasado dos años, sus alas eran bellísimas me encantaban y verlas abiertas en el aire era fascinante, yo recién cumplí los 17. –Kookie...

–¡Hyung mira! –Planeó acercándose a mi y lo atrapé en brazos evitando su mirada– ¿Por qué siempre que me cargas evitas mis ojitos hyung?

–Ya hablamos de eso Kookie... Simplemente porque no. –Alborote su cabello y lo baje.– Vamos a comer.

Se veía desanimado cuando comíamos, después de comer él se durmió y aproveché para subir a la iglesia, ahí estaban todos...

–YoonGi hasta que te vemos que milagro...– Todos rieron por su chiste. Después de que ya no subía, decían que era un milagro del señor verme.

–Tengo mucho trabajo ahí abajo, es todo. –Veía los alrededores algo serio.

–¿Por que? ¿Estás organizando un coro con las ratas? –Sus chistes de mal gusto no paraban.

–Si, por eso subí, me hace falta una rata y te vine a buscar.– La expresión de todos paso a ser una más seria.– ¿Dónde está Seok Jin?

–Está en uno de los salones preparando la misa de mañana— Asentí y fui a donde me indicaron escuché algunos sonidos algo extraños y me asomé por una de las puertas.–¿J-Jin?

–¡YoonGi!—Su rostro enrojecido le hacía ver tan avergonzado.– Estaba desnudo de la cintura para abajo su mano estaba en su pene al parecer interrumpí un momento con él mismo.

El primer pecador ||X CANCELADA X||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora