Capítulo 10

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LEER NOTA AL FINAL, IMPORTANTE.

Veamos si entendía: Con todas esas señales que Joel dio a conocer... ¿Acaso estaba celoso?

—Eso me suena a celos, señor Pimentel— sonreí buscando su mirada, que en algún momento se me había escapado.

Enseguida me miró con seriedad, pero luego de segundos, estaba sonriendo con cinismo.

— ¡Pff! — Agitó su mano. — ¿Yo celoso? ¿De Israel y tú? ¿Yo celoso? — Decía con una risa nerviosa y aun así no respondía a sus propias preguntas.

—Sí, tu celoso...— Sonreí.

Nos quedamos en silencio con las miradas fijas. Yo no podía hacer más que sonreír traviesa ante esos serios ojos, que no me entregaban más que una dulce ternura.

Me dio un fuerte empujón, cosa que al principio tomé como una ofensa, pero luego reaccioné, me había empujado al interior de una habitación; La suya, para luego cerrar la puerta y presionar mi cuerpo contra esta misma y su anatomía.

—No me... No me provoques— Susurró con sensualidad sobre mis labios.

Sentía las aceleradas palpitaciones de mi corazón, los pelos se me ponían de punta y no sabía qué hacer o decir. Hace cinco segundos era yo quien estaba jugando con él, ahora era su turno y lo estaba haciendo más difícil de lo que creía.

Tenía a mis labios dibujados en sus ojos como punto fijo y entreabría los suyos desando capturar a los míos, ¡Como disfrutaba torturarme de esta manera! Llegaba a ser cruel y no me quejo, lo estaba disfrutando, quizás con impaciencia, pero en el fondo si lo disfrutaba.

Mordí deseosa mi labio inferior, ¿Por qué no me besaba y ya? Sabía que la tortura también le jugaba en contra.

—Amber... Amber está en la casa— Susurré ahogando lo agitada que me sentía en esos momentos.

—No lo arruines— Susurró otra vez y mi cuerpo tembló por completo al sentir la vibración de sus labios sobre los míos.

De una buena sola vez tomó mi rostro entre sus manos y con euforia besó mis labios. Su carnosa y exquisita lengua no dio tiempo a esperar para adentrarse sin cuidado, pero con sensualidad y placer en mi boca. 

Esta vez, sintiéndome más entregada a él y sin la timidez que alguna vez hubo, tomé sin temor ni mayor temblor sus manos para arrastraras por mi cuello, pechos, vientre hasta llegar al inicio de mi remera y pronto hundirlas bajo ella. Sus grandes y calientes manos daban los más deleitables masajes en mi piel y a pesar de que cada vez se iban volviendo más profundos y serios, no dejaban ese suave cariño y ternura... No tenía idea de cómo lo lograba, pero era magnifico y nada podría compararse con aquello que me entregaba.

— ¡Joel! ¡¿Estás ahí dentro?! —

Y todo ese mágico, placentero y exquisito momento, desapareció con la chillona voz de su muñeca cuando apareció al otro lado de la puerta, dando suaves golpes que temblaban en mi espalda.

—Dios...— Susurré sin evitar una terrible expresión de miedo.

¡Estábamos encerrados! ¡Atrapados!

Joel aún mantenía sus ojos bien abiertos, ni uno de los dos sabía qué hacer, estábamos estáticos.

—Eh... ¡Linda! ¡Voy enseguida, estoy cambiándome de ropa! — Exclamó luego de alejarse ciertos pasos de la puerta.

Tomó de mi mano y comenzó a girar desesperado buscando el lugar que me escondiera a la perfección.

—Perfecto— Lo escuché susurrar.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2020 ⏰

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Just Friends | Joel Pimentel | Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora