Capitulo 29. ''Harry el Conquistador.''

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Contuve la respiración y lo miré fijamente. Llevaba una camisa de botón alto oscura encima de la camiseta que hacía brillar su mirada verde. Un estudiante se acercó a él y llamó su atención. Tomé una respiración profunda y me escabullí en el interior. Me di cuenta de que había una pequeña pila de libros sobre mi escritorio, y no pude evitar sonreír. Me senté y jugueteé con mi pluma, sin querer mirarlo. Empezó a hablar, haciendo preguntas al azar sobre el capítulo que nos había mandado leer durante el fin de semana. Dejé que mi mente divagase mientras masticaba el final de mi lápiz.


—________... ¡_________! —me llamó Harry, y levanté la vista para ver a toda la clase me mirándome.


—¿Qué? —respondí en un tono más irritado de lo que pretendía.


—¿Quién exigía castigo a los rebeldes del norte de Inglaterra y es conocido como "El Hostigador del Norte"?


Sus ojos ardían en los míos y toda la clase se sentó en silencio, esperando mi respuesta.


—Harry el Conquistador —solté, pensando en sus mensajes de texto para mí.


Sonrió a nuestra broma privada.


—Eso es correcto, Srta. Townsend. —Sus labios se curvaron en una sonrisa diabólica. Mi corazón saltó en mi pecho—. Buena chica.


Estuve a punto de derretirme en mi asiento y volverme un charco en el suelo. Esas palabras tenían una conexión directa con el más travieso de los lugares de mi cuerpo. Me mordí el labio mientras mis mejillas se volvían de color rosa. Sus ojos se estrecharon y rápidamente solté mi labio. Posteriormente se trasladó a otras preguntas y la conversación se difuminó en mi mente. Harry tenía una forma de ocupar todos mis pensamientos.


Sonó la campana, terminando la clase en lo que pareció un tiempo récord. De mala gana me trasladé a mi siguiente clase, deseando poder pasar su período libre a solas con él. Pasé el resto del día fantaseando acerca de regresar y ser doblada sobre su escritorio de nuevo. No podía hacer caso omiso de su rechazo. Me aguanté, y logré llegar a todas mis clases. Me negué a humillarme.


Cuando el día terminó, me invadió la tristeza. Hice lo que pude de "charla de chicas" con Claire y Becka, pero finalmente ellas se dirigieron a sus autos y yo me quedé sola, sentada en el estacionamiento. Mi teléfono vibró, sacudiéndome de mi desprecio hacia mí misma.


«Eres increíblemente hermosa, incluso cuando estás triste.»


Sonreí, y de repente me di cuenta que estaba siendo vigilada. Me negué a mirar a mí alrededor.

 

«¿Es por eso que me rompiste el corazón?»


Me senté esperando por lo que pareció una eternidad su respuesta.


«Daría cualquier cosa para borrar todo el dolor que te he causado.»


«Hubo algún dolor que disfrutamos.»


Me mordí el labio y esperé pacientemente su respuesta.


«Vete a casa ________.»


Miré al auto del Sr. Styles. Angela, la secretaria del instituto, estaba de pie junto a la puerta y él había salido a hablar con ella. Los celos consumieron mis pensamientos.


«¡Ahora!»


Él me envió un mensaje de nuevo. Puse el auto en marcha y salí de la zona de estacionamiento. Mi visión se emborronó rápidamente por mis lágrimas. Por mucho que odiara admitirlo, no podía odiar a este hombre tanto si no lo amaba.


«Baja la velocidad.»


Su mensaje envió ira corriendo a través de mis venas. A medida que la luz al final del semáforo se ponía en verde, pisé el acelerador lo más fuerte que pude. Fui a casa de Becka para recoger la ropa que había dejado ahí el fin de semana. Ella quería que me quedase más tiempo, pero la idea de estar cerca de alguien más en ese momento no me parecía atractiva. Me inventé una excusa de tener que estar en casa para la cena, aunque estaba bastante segura de que mi tía ni siquiera estaría en casa.

Señor Styles |н. ѕ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora