Capítulo XVIII

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Una noche fría y lleno de terror, la noche perfecta para salir y cometer fechorías la hora exacta para todos los desquiciados y mezquinos que empezaban a andar sueltos y revelaban su verdadero ser

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Una noche fría y lleno de terror, la noche perfecta para salir y cometer fechorías la hora exacta para todos los desquiciados y mezquinos que empezaban a andar sueltos y revelaban su verdadero ser. Los pequeños callejones más oscuros donde se escondían los "demonios" de la noche, el que ingresaba solo tentaba su muerte. Lugar en que la policía empezaba a recorrer las calles buscando a todo aquel que esté cometiendo irregularidades o infringiendo la ley.

Uno de los callejones donde se encontraba un joven con cuchillo en mano acorralando y amenazando al otro tan solo con su presencia, y haciéndole saber que de esa noche no pasara más, y que jamás podrá ver la luz del día.

- ¡¿Por que haces esto?! -menciono en un susurro fuerte con temor en la voz-.

- Tu ya sabes porque... -responde con frialdad, pasando el filo del cuchillo por su lengua-. Hiciste mal en acercarte a ella e intentar tocarla... No...tu error fue pensar en ella en primer lugar -una sonrisa mezquina y retorcida se formó en su rostro-.

- ¡Te juro que no se de quien me hablas!

- Ahora te haces el que no sabe pero creo que esto te refrescará la memoria -pasa el filo del cuchillo por el cuello del sujeto haciendo un pequeño corte del cual empieza a salir sangre-. Una joven de cabellos rojizos como el otoño con unos encantadores ojos de un rosa suave, recuerdas...

- ¡¿Esto lo haces por una pequeña perra?! ¡Es enserio!

- ¡No le digas así! -clava el cuchillo en la muñeca del sujeto, haciendo que este soltará un grito muy fuerte-. Ella no es ninguna puta... Eres muy atrevido para insultar sin miedo a... mi novia.

- ¿Qu- fue interrumpido por un cuchillo que se clavó en su cuello de forma certera matando lo al instante-.

- No tienes derecho a insultar a mi chica y menos haberte acercado a ella -dijo por último con una sonrisa psicópata en su rostro y sus ojos iluminados por las sed de sangre, expresaban una notable locura-. Ella es mi gran tentación y mi dulce manjar nadie puede poseer la más que yo-.

Saca un trapo y limpia el cuchillo con sutileza, luego lo guarda en su casaca.

- Ahora a deshacerse de la basura

Belinda H.A.

A

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𝐆𝐫𝐚𝐧𝐝𝐞𝐬 𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 |Bʟᴏssɪᴄᴋ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora