kazino » taehyung |+21|

00 || risk it

Narrador omnisciente

Aquel grupo de chicas ya había visitado varios bares y clubes de la zona. Las tres habían tomado, pero ese grado alcohol no era suficiente para que pararan. Si salían de fiesta buscaban divertirse y, aunque no tenían queja de lo que esa noche les estaba mostrando, seguían con ganas de más.

Kang Jiah propuso ir a otro local. Había escuchado a un grupo de chicos hablar de ese lugar y tenía tanta curiosidad por probar un sitio nuevo que no podía dejar de sonreír. Le encantaba sentir esa adrenalina cada vez que salía. Notaba el picor en la punta de sus dedos, evidenciando su expectación por lo desconocido.

Siempre salían por la zona de Hongdae, pero, en aquella ocasión, se habían alejado más de lo habitual. Una de las chicas aseguraba que no tenía muy claro dónde estaban, sin embargo, las otras dos jóvenes estaban convencidas de que no pasaría nada por tomar un par de copas más en aquel bar del que habían oído hablar.

Se terminaron sus bebidas y salieron del edificio, en busca del dichoso local.

Jiah estaba tan emocionada como siempre. No había nada que pudiera apagar la ilusión que desprendían sus brillantes ojos.

A sus diecinueve años, estaba muy orgullosa de conocer los mejores lugar para salir en fin de semana. A pesar de que su hermana le dijera continuamente que debía centrarse más en su futuro ella, solo esperaba la llegada del viernes para salir con sus amigas y divertirse por unas horas.

Tras recorrer unas cuantas calles y revisar la dirección de aquel bar de copas en su móvil, Jiah dio un pequeño salto al ver la fachada encendida que había estado buscando durante los últimos quince minutos.

La joven tiró de las manos de sus amigas y se encaminó a la entrada del club.

Cruzaron la puerta principal, admirando la decoración en tonalidades rojizas que presentaba el interior. Estaban tan encandiladas analizando el lugar que ni siquiera se percataron ante la ausencia de un portero. Todo apuntaba a que ese antro no era igual a los que ellas solían frecuentar, pero la música las envolvió más pronto que tarde y dejaron a un lado las mínimas dudas que tenían.

Había buen ambiente y bastante gente, así que se dieron por satisfechas y corrieron a la barra para pedir algo que les hiciera compañía el tiempo que estuvieran allí.

Las tres traían unas grandes sonrisas pintadas sus rostros, pero Jiah se veía espectacular. Su cabello liso lucía más rebelde de lo habitual, pero combinaba demasiado bien con el suave maquillaje que había elegido antes de salir de casa. Además, aquel top negro marcaba sus atributos a la perfección y varios individuos de la sala se dieron cuenta de ello.

La chica estaba tan entregada a la canción que sonaba que ni siquiera dedicó algo de tiempo a echar un vistazo a su alrededor. De haberlo hecho, se habría encontrado con un joven algo más mayor que ella que no era capaz de quitarle los ojos de encima.

Un cuarto de hora más tarde, ese desconocido, alentado por los amigos que le acompañaban, se atrevió a cruzar la pista de baile y alcanzar el lugar en el que Jiah reía. Con un solo roce en el brazo se ganó la atención de la chica.

En el momento en que sus orbes se cruzaron, Jiah supo lo que ese chico quería. Sin embargo, no estaba tan borracha como para caer en los brazos del primer tipo guapo que se interpusiera en su camino. Cuando él se dio cuenta de esto, en lugar de abandonar su principal objetivo, decidió entablar una pequeña conversación con ella. No era de los que se rendían por un simple obstáculo.

A Jiah le gustó aquello.

Poco a poco, se fue alejando de sus amigas, encandilada por la seductora presencia de aquel tipo. Llegaron a la barra y él pagó por ambas bebidas. Agradecida, tomó un trago del martini y se apartó el cabello del rostro, deslumbrando todavía más a su acompañante.