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Quinn no sabía cómo manejar todos los eventos que tuvieron lugar en el lapso de las pocas semanas.
Aparentemente, su propio profesor de inglés era un Darach, y formalmente era el emisario druida de su Alfa.
Apenas tiempo para procesar completamente toda la información, y las largas noches llevaron a eventos de la muerte de Ennis y Kali. Independientemente de que Kali casi matara a Erica Reyes y Vernon Boyd, ella todavía era una figura maternal para Quinn, por lo que era natural que llorara por su Alfa.
Deucalion se había ido, solo dejándola a ella y a los gemelos atrás. Los dos desde que perdieron su estado Alfa después de casi morir se habían convertido en Omegas, al igual que ella. Derek y su amante Payton la habían buscado para unirse a su manada, a pesar de que Alpha intentaba matarlos.
Sin embargo, Quinn negó la oportunidad, no queriendo estar en una manada por temor a sentir que la muerte la rodeaba. Se sintió sola de nuevo. Esta vez fue por su propia voluntad, al no ir con Scott y los demás cuando las posibilidades estaban abiertas, y todavía lo era, pero ella no lo vio.
Se encontró en la escuela una vez más, por su cuenta, había cortado ella también se separó de los gemelos, no queriendo estar cerca de ellos recibiendo el recordatorio constante de la muerte de Kali. Si hubiera actuado rápido, habría podido salvarla, pero falló, incluso si Kali le dijo a través de sus últimas palabras que no era la culpa suya pero aún asi ella sentía que si.
En cuanto a su casa, estaba vacía: su hermano mayor se había ido la misma noche que ella había perdido a Kali. Era como si el mundo estuviera en contra de ella ahora o más, Beacon Hills simplemente le estaba quitando todo con avidez. Se sentía como la niña rota que alguna vez fue, la que había pensado que se había ido para siempre. La que luchó contra el mundo, y sabía que no estaba sola ya que tenía a Isaac, pero que ahora no tenía eso, sentía que no merecía compartir su soledad.
Quinn abrió los ojos lentamente, sintiendo el aire de frialdad que la rodeaba. El leve aroma a sangre manchó las yemas de sus dedos haciéndola cerrar los ojos.
Estaba sentada en el medio de su habitación, que estaba en el sótano que fue destruido por la larga y terrible noche de luna llena. No estaba cerca del autocontrol, y con sus emociones en una confusión caótica, se temía cada vez más.Ella volvió a abrir los ojos una vez más y observó su entorno.
Todo fue destruido.
Excepto por una sola cosa que yacía en su mesita de noche.
Era un retrato de ella e Isaac.
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