Cʜᴀᴘᴛᴇʀ Tᴡᴇɴᴛʏ Fɪᴠᴇ

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Después de que Quinn e Isaac se habían vuelto pareja oficialmente, las cosas no fueron planeadas para que todo volviera a la normalidad, y eso significó para todos en la manada

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Después de que Quinn e Isaac se habían vuelto pareja oficialmente, las cosas no fueron planeadas para que todo volviera a la normalidad, y eso significó para todos en la manada.

Habían pasado por dificultades con el demonio que se apoderó de Stiles, conocido como el Nogitsune, y condujo a la noche más desafortunada y horrible que tuvieron que experimentar.

La pérdida de Allison Argent y Aiden Steiner.

Todos y cada uno de ellos se echaron la culpa de sus muertes, y esto causó que su batalla final con el Nogitsune fuera uno que llevara a la ira y la furia. Una vez que terminó, Quinn e Isaac solo querían escapar, simplemente no podían entender lo que Beacon Hills les estaba haciendo.

-Odio aquí- comenzó Quinn mientras se sentaba en un sillón solitario en su propia habitación, con Isaac acostado en su cama.

El costo de las dos pérdidas estaba sobrepasando en gran medida a la pareja, que les era difícil incluso salir a tomar aire fresco sin sentir que el mundo estaba tratando de recuperar el control que tenían sobre ellos. Isaac había quemado las palabras de Quinn en su propia cabeza cuando él movió su cuerpo volviéndose hacia ellal, agitando su mano para que se uniera en la cama.

Ella lo miró por un momento y se levantó de la silla en la que estuvo sentada durante horas sintiendo que su cuerpo prácticamente le gritaba por hacer tal cosa. Una vez que ella se unió a él en la cama, él se sentó juntando sus manos, ambas frente a frente.

-Entonces abandonemos esta ciudad, Quinn- Él habló, pasando la mano por su mejilla -Vamonos- Ella lo miró en silencio por unos pocos minutos hasta que las palabras finalmente se formaron en su garganta.

-¿No sería como si estuviéramos huyendo?-.

-¿De qué?, Exactamente- Cuestionó.

-De la manada, Isaac, al igual que nosotros, ellos sienten el dolor que nosotros también sentimos-

-Sé que lo sienten, pero seamos sinceros, Quinn, Beacon Hills simplemente no es para nosotros, y no lo ha sido desde el primer día. No nos vería salir de este lugar como huyendo. Lo veo como tú y yo Finalmente, y tomando oficialmente estas restricciones que nuestro pasado tenía un fuerte control sobre nosotros- explicó Isaac a Quinn.

-Beacon Hills solo ha sido amable con nosotros en raros momentos- finalmente admitió Quinn -Y estoy agradecido por ellos, pero es posible que tengas razón, pero Isaac, ¿cómo vamos a lograrlo? Apenas lo estamos superando-

-Estaremos bien Quinny, podemos hacerlo- Le aseguró sus dudas acostado en la cama tirando de ella con él -Mientras te tenga a mi lado, podemos vencer todas esas dificultades- Quinn se rió entre dientes, y para Isaac, era música para sus oídos no haber escuchado el sonido desde la muerte de sus queridos amigos.

-Nunca me di cuenta de cuánto eres un imbécil Izzy- bromeó ella tocando su mejilla. Él puso los ojos en blanco ante sus burlas y la miró.

-Entonces, ¿quieres irte?-

-¿Y a dónde vamos a ir?- Ella lo desafió.

-No sé, ¿Londres tal vez?-

-¿Londres?- Su voz se quebró cuando vio a Isaac que tenía una sonrisa formándose en su rostro.

Fue una de sus promesas.

-Quiero vivir en Londres, Izzy- le dijo una joven Quinn mientras yacían en la hierba al lado del río que habían pasado horas buscando tesoros.

-¿Londres?- El joven se volvió hacia ella -¿Por qué Londres?-

-Porque mi mamá y mi papá se conocieron allí, bueno, eso fue lo que dijo en uno de sus diarios- Quinn se sentó -Mis padres habían dicho con su propia letra que era el lugar donde se encontraban, y tal vez podamos hacer lo mismo-

-Está bien- Isaac se sentó sonriendo mientras levantaba su dedo meñique -Lo prometo, que un día, ambos iremos a Londres- Quinn le había dado una sonrisa de dientes conectando su meñique con el suyo.

-No puedo creer que recuerdes eso- Quinn se sentó mirándolo mientras se quedaba acostado en la cama -De todas las promesas que hicimos, honestamente casi olvido esa-

-Recuerdo a cada uno de ellos, Quinn- Cerró los ojos con los suyos -Ni una sola promesa he olvidado-

-¿Ni siquiera una?- Él sonrió sentándose ligeramente colocando un beso en sus labios.

-Ni una sola-

-Dios, te amo mucho, Isaac Lahey- Él sonrió tirándola hacia abajo con él en la cama.

-Te amo más, Quinn Marino-

-Te amo más, Quinn Marino-

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Buenooo, ya casi llegamos al final de esta hermosa historia, solo queda el epílogo y un extra y yap :(.

Espero que les haya gustado leer la historia tanto como a mí me gustó escribirla :).

promises ━ isaac lahey | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora